Alejandro Romero
La economía de Estados Unidos se desacelera y esto tendrá efectos en la economía mexicana, eso es un hecho.
Pero ¿qué puede hacer el ciudadano de “a pie” para tomar sus precauciones, reducir los riesgos y evitar que la situación económica lo tome desprevenido? Vamos por partes.
Pero antes que nada ¿qué significa que estemos en desaceleración? ¿Es sinónimo de crisis o recesión? ¿Se va a derrumbar la economía del País? ¿Nos puede dar otro “catarrito” como en el 2009?
La respuesta es no, de momento los expertos no esperan una recesión y mucho menos una catástrofe económica como la de 2009. Además desaceleración no es lo mismo que recesión.
Cuando hablamos de recesión nos referimos a una caída de la actividad económica, donde hay pérdida de empleos y desplomes en los ingresos de las empresas. Por fortuna, aún no se ve tan factible esa posibilidad.
En cambio, cuando hablamos de desaceleración, nos referimos a una reducción del ritmo de crecimiento de la economía, no obstante, continúan expandiéndose el empleo y los ingresos de las empresas, aunque a una velocidad menor.
Hecha la aclaración, entonces ¿qué se recomienda hacer ante una desaceleración? ¿Qué medidas debo tomar yo como simple ciudadano?
Primero, no alarmarnos. Tomar decisiones apuradas o con miedo, en economía es igual a perder dinero. Lo mejor es guardar la calma y tomar decisiones racionales, bien pensadas, que hagan rendir al máximo nuestro dinero.
Segundo, meta en orden sus gastos personales y en el hogar. Nunca hay que esperarnos a que haya una turbulencia económica para arreglar nuestras finanzas, pero si no lo ha hecho, ahora es cuando.
Deseche gastos superfluos al menos de momento (fiestas, regalos, viajes, diversión), bájele en casa al consumo de agua, luz y gas, deje de gastar en “cochinaditas” como antojitos de máquinas expendedoras. Créame, al mes se le van cientos de pesos en este tipo de descuidos económicos.
Adiós créditos… por ahora
Tercero, olvídese por un tiempecito de las tarjetas de crédito. No es momento de tomar nuevos créditos bancarios o de tiendas departamentales en general. Aunque no se espera una recesión, la posibilidad aún no está del todo descartada, y si llega a suceder más vale que usted esté libre de deudas o con pocas cuentas por pagar.
En cuanto a créditos automotrices y bancarios, únicamente tome los que le ofrezcan buenas condiciones de pago, con tasas y mensualidades que no pongan en riesgo su tranquilidad financiera.
No obstante, mídale el agua a los camotes… si en su empresa se habla de que la desaceleración está pegando o que los números no están dando los resultados esperados, mejor espere un poco para tomar la decisión de endeudarse o no.
Cuarto y último, métale dinero al “cochinito”. No le estoy recomendando que le meta dinero a la campaña de algún político, no… me refiero a que comience a ahorrar o refuerce el ahorro que ya esté realizando.
Si las cosas llegaran a ponerse más turbulentas, sin duda cada peso ahorrado valdrá oro para enfrentar la situación, y esa será su mejor inversión para proteger su futuro y el de los suyos.
Si toma estas medidas, y la turbulencia en Estados Unidos pasa pronto, como aún lo prevén expertos y organismos internacionales, usted y sus finanzas saldrán ganando de esta situación.
Alejandro Romero.
Economista y analista financiero con más de 13 años de experiencia en el periodismo económico y de negocios.
Comentarios: elbbone@hotmail.com
Sígueme en Twitter: @AlexRomeroAyala
No hay comentarios:
Publicar un comentario