La Sombra Telemax 31 de agosto del 2015

Comentario económico de Alejandro Romero 1 de julio del 2015

miércoles, 10 de diciembre de 2014

2014: Un año de pesadilla para el bolsillo de los mexicanos

Alejandro Romero

El 2014 ha resultado un auténtico año de pesadilla para el bolsillo de las familias mexicanas, ello a causa de los fuertes aumentos de precio que han registrado productos de consumo básicos como la carne, el azúcar y los energéticos.

De acuerdo con información de Inegi, entre enero y noviembre de este año, al menos 25 productos alimenticios (sin incluir frutas y verduras) registraron alzas por arriba del incremento de 3.9% que registró el salario mínimo este 2014.

Productos como las salchichas, los concentrados para refrescos, la carne de res y la carne de puerco, han aumentado más de un 20% en lo que va del año, es decir, sus incrementos han superado hasta en 5 veces el alza que tuvo el salario mínimo.

Además las vísceras de res, los refrescos, las galletas, los alimentos para bebé, el azúcar, el queso fresco y la gasolina, registraron aumentos que van del 10% hasta un 15%.

Finalmente, productos como el gas LP, el pollo, las gelatinas los cereales, el frijol procesado, las papas fritas, y las mayonesas y mostazas, han visto subir sus precios en 2014 entre un 5 y hasta un 9%.

Recuerde que todos estos incrementos no consideran las alzas que registran en estos momentos productos como el tomate, que también anda por las nubes.

¿A qué se deben estos aumentos tan pronunciados? ¿Cómo han afectado a las familias mexicanas y el desempeño de la economía nacional? ¿Van a continuar estas alzas? Vamos por partes.

En el caso de la carne de res los aumentos se deben a los problemas de sequía que se han registrado este año en México y Estados Unidos, lo que ha afectado el inventario ganadero de ambos países.

En el caso de la carne de cerdo, en este año un virus denominado “Diarrea Epidémica Porcina” también ha limitado la producción, disparando los precios para el consumidor final.

En el caso de los demás productos yo lo atribuiría básicamente a 2 factores: 1. La reforma fiscal que entró en vigor este año y que estableció impuestos especiales a productos de alto contenido calórico y 2. Al aumento que registraron este año energéticos como las gasolinas, el diesel y el gas LP.

Recordemos que en México la mayoría de los alimentos son transportados a través de camiones de carga, por lo que el alza al diésel y las gasolinas seguramente ha tenido un fuerte impacto en los costos de transportación de estos productos.

Por otra parte aunque los refrescos, los concentrados para refrescos, las galletas, las papas fritas, las gelatinas y el pan dulce, son productos que propician la obesidad, la realidad es que son de los que más consume la población y representan el 50% o más del espacio en escaparates de tiendas de conveniencia y abarrotes.

Impacto brutal
Hay que decir que los aumentos en estos productos han tenido un impacto brutal en las finanzas de las familias mexicanas. Se lo demuestro con datos.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Gastos en los Hogares 2012 de Inegi, el 58% de los ingresos de las familias mexicanas se destina a la compra de alimentos, bebidas, gas, gasolinas, electricidad y transporte.

En el caso específico de los gastos en alimentos, la mitad de estos se destinan a la compra de carnes, pan y cereales, productos que precisamente figuran en la lista de los mayores aumentos durante 2014.

Con estas alzas en alimentos, bebidas y energéticos, las familias mexicanas han visto disminuidos sus gastos y compras en otros rubros, como educación, ropa  y calzado, salud o esparcimiento.

Por eso las ventas de los comercios no levantan, por eso el consumo interno está por los suelos en el País, por eso la economía nacional está semiestancada, y así continuará hasta que mejore el poder de compra de la gente.

Lo peor es que el aumento del dólar, que en las últimas semanas casi ronda los 15 pesos, podría traer una oleada adicional de incrementos en productos importados y en especial en varios alimentos.

Por ejemplo, un 50% de la carne que se consume en Sonora es importada, por lo que es previsible que el alza del dólar encarezca aún más durante diciembre los productos de res y puerco.

Por todo esto, es de suponer que la cuesta de enero de 2015 no será más suave que la de 2014, así que hay que prepararnos para un inicio de año difícil.

Es inevitable preguntarse… ¿Y si este 2014, en vez de subir, hubiéramos bajado los impuestos a los contribuyentes cautivos? ¿La economía estaría mejor si hubiéramos congelado los precios de los energéticos? ¿Por qué el Gobierno parece empeñarse en tomar medidas que frenan el crecimiento económico?

O ¿Usted qué opina?

Luis Alejandro Romero Ayala.
Economista y analista financiero, con más de 17 años de experiencia en el periodismo económico y de negocios.
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miércoles, 3 de diciembre de 2014

Comienzan expertos a recortar pronósticos para 2015

Alejandro Romero

En 2013 y 2014 los mexicanos vimos una “misma película”: mes tras mes los analistas del sector privado recortaron sus pronósticos de crecimiento para la economía mexicana. Lo peor es que existen indicios de que 2015 también será igual.

En la última encuesta que realizó el Banco de México con expertos del sector privado, el pronóstico de crecimiento para la economía nacional en este 2014 se redujo de 2.30% a 2.19%. En enero era de 3.40%.

Pero lo que enciende focos de alarma, es que los mismos expertos ya comenzaron desde octubre a recortar sus pronósticos de crecimiento para 2015.

Apenas en enero de este año preveían que en 2015 la economía mexicana crecería un 3.94%, para octubre redujeron sus proyecciones a 3.72% y ahora en noviembre volvieron a disminuirlas a 3.51%.

Entonces de plano ¿Veremos la misma película en 2015? Algunos signos de alerta parecen decirnos que sí.

Uno de estos signos es la caída que presentan los precios internacionales del petróleo. En lo que va de 2014 la mezcla mexicana de petróleo ha bajado su cotización en casi 40% y tan solo en noviembre se desplomó en casi 10%.

Para que se dé una idea de lo bajo que está hoy el precio del petróleo, en el presupuesto federal de 2015 se proyecta su cotización en 79 dólares por barril, pero actualmente la mezcla mexicana ronda los 62 dólares por barril.

Amenaza a la reforma energética

Si bien es cierto que el presupuesto del Gobierno federal está a salvo, gracias a la compra de coberturas que garantizan los ingresos presupuestados por la venta de petróleo, la realidad es que un precio tan bajo del hidrocarburo reducirá las exportaciones petroleras del País y podría poner en riesgo los beneficios esperados con la reforma energética.

Con un precio del petróleo a la baja, muchos proyectos que se esperaba detonar con la reforma energética podrían ver disminuida su rentabilidad, y por lo tanto las inversiones previstas podrían posponerse hasta que los petroprecios muestren mejores niveles.

Por lo tanto, la reforma más importante del sexenio de Enrique Peña Nieto, con la que se esperaba detonar el crecimiento del País, corre el riesgo de verse truncada por las condiciones del mercado petrolero en 2015.

Si a esto le sumamos la inestabilidad que ha mostrado el peso en el último mes, lo que genera inflación en los precios varios alimentos, ello golpearía el consumo interno y el poder de compra de los mexicanos, lo que también debilitaría a su vez el crecimiento del País para 2015.

Finalmente, si los acontecimientos sociales y protestas de los últimos meses siguen generando incertidumbre, especialmente en entidades del Sur del País y rumbo a las elecciones intermedias de 2015, esto podría impactar negativamente las expectativas de inversionistas extranjeros y empresarios nacionales.

Esto tendría un efecto negativo en la llegada de inversiones al país, en la generación de empleos y por lo tanto en el crecimiento económico para 2015.

Por todo esto mí estimado lector, el próximo año también podría ser complicado y la economía nacional estaría en riesgo de permanecer “semiestancada” como ha sucedido en 2013 y 2014.

Desgraciadamente el hecho de que la economía americana se encuentre en crecimiento, ya no parece ser un factor que salve a México de la mediocridad económica en la que se encuentra.

O ¿Usted qué opina?

Luis Alejandro Romero Ayala.
Economista y analista financiero, con más de 17 años de experiencia en el periodismo económico y de negocios.
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miércoles, 12 de noviembre de 2014

LAS GASOLINAS EN MÉXICO ESTÁN 23% MÁS CARAS QUE EN ESTADOS UNIDOS

Alejandro Romero

Con todo y que el Gobierno federal se jactan de que en 2015 van a terminar los "gasolinazos" mensuales, la triste realidad es que hoy las gasolinas en México son un 23% más caras que en Estados Unidos.

Actualmente la gasolina Magna tiene en México un costo de 13.22 pesos por litro, mientras que en Estados Unidos la gasolina regular tiene un precio de 10.80 pesos por litro (convertido el tipo de cambio actual).

Lo peor es que con el "gasolinazo" que falta de diciembre, y el aumento de enero de 3%, el precio de la magna se disparará en 2015 a 13.70 pesos por litro.

Debido a esto, en enero próximo los consumidores mexicanos podríamos estar pagando casi 3 pesos de más por cada litro de gasolina, en comparación a los consumidores de Estados Unidos, con todo y que ellos ganan mucho más.

En contraste, de abril a noviembre de este 2014, los consumidores estadounidenses se han visto beneficiados con una baja del 17% en el precio de la gasolina, ello producto de la caída de los precios internacionales del petróleo.

Sus verdaderas preocupaciones

Por todo esto, se deduce que el Gobierno federal y los diputados y senadores del PRI están más preocupados por compensar el impacto que tendrá en los ingresos del Gobierno federal la caída de los precios del petróleo, que en evitar un daño al bienestar de las familias mexicanas.

Además el alza de las gasolinas tendrá repercusiones negativas para la competitividad de las empresas mexicanas que exportan a Estados Unidos.

Los gasolinazos debieron terminar en 2013, cuando los precios de las gasolinas en México se igualaron con los de Estados Unidos. Pero por lo visto, el "hambre" de recursos del Gobierno federal simplemente no tiene “llenadera”.

Alejandro Romero.
Economista y analista financiero con más de 17 años de experiencia en el periodismo económico y de negocios.
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martes, 4 de noviembre de 2014

¿Por qué está débil el peso frente al dólar?

Alejandro Romero

La debilidad que ha mostrado el peso frente al dólar en los últimos días, quizás no es para alarmarse, pero sí para preocuparse.

No por nada, esta semana el tipo de cambio llegó a situarse hasta en los 13.90 pesos por dólar, su nivel más alto en 27 meses y en lo que va de la administración del presidente Enrique Peña Nieto.

Pero ¿por qué está débil el peso? Por una razón: Comienza a darse una crisis de confianza en el futuro de la economía mexicana.

Déjeme le explico, desde mi punto de vista, qué factores internos y externos están alimentando esta crisis de confianza.

Desde el punto de vista externo, primeramente mencionaría la caída que muestran desde hace meses los precios del petróleo.

El petróleo es uno de nuestros principales productos de exportación que nos permite captar dólares del exterior, pero además los ingresos petroleros representan al menos una tercera parte de las entradas del Gobierno mexicano.

Por lo tanto, si caen los precios del petróleo, eso limita la llegada de dólares al país, y puede generar una potencial crisis presupuestaria en el Gobierno federal.

Desde julio a la fecha, los precios internacionales del petróleo se han desplomado en un 38%.

Otro factor externo que está presionando al peso y diezma la confianza en el futuro de la economía nacional, es el posible aumento que experimenten las tasas de interés en Estados Unidos durante los próximos meses.

En el tercer trimestre del año la economía americana creció un 3.5%, lo que indica que se encuentra bastante sana y fuerte.

Desde la crisis de 2009, la Reserva Federal de Estados Unidos (el equivalente del Banco de México) había mantenido una política de tasas bajas, a fin de favorecer el crecimiento económico en ese país.

Esas tasas bajas propiciaron que muchos capitales migraran a países México, donde había un mejor rendimiento para los inversionistas.

Pero ahora, ante la posibilidad de que suban las tasas en Estados Unidos, muchos de esos capitales podrían regresar a ese país, al que consideran un destino seguro para sus inversiones. Esto propiciaría la salida de dólares en México y teóricamente debilitaría al peso.

Los factores internos

Además de esos factores externos, creo que también podemos mencionar problemas internos que comienzan a menguar la confianza en el futuro del País y por lo tanto pegan a la fortaleza del peso mexicano.

Por una parte la economía nacional suma casi 2 años de estancamiento.

Con todo y que el Gobierno federal inició 2013 y 2014 pronosticando que creceríamos a tasas cercanas al 4%, la realidad es que en ambos años apenas promediamos una tasa de expansión del 1.4%.

Lo peor es que el Gobierno federal se ha endeudado en más de 1.3 billones de pesos, con el fin de gastar más y estimular el crecimiento, pero la “medicina” no ha surtido efecto y más endeudamiento adquirido podría enviar una mala señal.

Finalmente en las últimas semanas la violencia que vive el País y la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, ha comenzado a generar serias dudas sobre la correcta conducción del País.

No por nada, la Junta de Gobierno del Banco de México advirtió en su más reciente Anuncio de Política Monetaria que los “acontecimientos sociales” (inseguridad y descontento social) podrían tener un “impacto en las expectativas de los agentes económicos”.

Esto en otras palabras significa que inversionistas y empresarios podrían dejar de invertir y esperar menos crecimiento, a causa de los problemas sociales que aquejan al País.

Tampoco por nada hace unos días The Economist y The New Yorker coincidieron en que “El país puede írsele entre los dedos” a Enrique Peña Nieto, luego de los lamentables acontecimientos de Guerrero. (http://www.sinembargo.mx/25-10-2014/1152262)

Y es que normalistas desaparecidos y palacios de Gobierno incendiados por turbas, no son compatibles con la imagen modernizadora y reformista que el propio Peña Nieto ha tratado de proyectar a nivel nacional e internacional.

Mientras son peras o son manzanas, tenga por seguro que el peso seguirá inestable al menos de aquí a diciembre, y la mala racha puede extenderse en caso de que el país siga estancado, los petroprecios se mantengan a la baja y el problema de la violencia no brinde al menos una tregua.

Alejandro Romero.
Economista y analista financiero con más de 17 años de experiencia en el periodismo económico y de negocios.
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lunes, 20 de octubre de 2014

Logra Guillermo Padrés los mejores resultados en materia económica de los últimos 40 años

Alejandro Romero

A menos de un año de terminar su gestión como gobernador, Guillermo Padrés puede presumir algo que sus antecesores sólo anhelaron: Lograr los mejores resultados en materia económica de los últimos 40 años.

Los números (de fuentes federales) son más que contundentes: En su administración el crecimiento, el empleo y los ingresos aumentaron en niveles récord.

Luego de su Quinto Informe, sin duda la oposición hará todo lo posible por descalificar lo hecho en este sexenio, pero la realidad es que los resultados son claros, provienen de fuentes distintas al Gobierno estatal y están plenamente acreditados y documentados.

En materia de crecimiento económico, de acuerdo con el Inegi, en los últimos 5 años la economía sonorense ha crecido a una tasa del 5% anual, la más alta de los últimos siete sexenios y por encima del 3.2% del promedio nacional durante el mismo periodo.

De hecho, de 1973 al 2009, la economía sonorense sólo logró crecer a una tasa anual del 3%.

El crecimiento logrado por Sonora de 2009 a 2014, lo coloca entre los cinco estados más dinámicos de México, junto con Coahuila, Aguascalientes, Querétaro y Guanajuato.

En lo que respecta a la generación de empleos, de septiembre de 2009 a septiembre de 2014, en Sonora se han creado un total de 113 mil 211 nuevos puestos de trabajo netos (descontando altas y bajas), según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Para que usted dimensione si esos 113 mil empleos son muchos o son pocos, tome en cuenta que de 1991 a 2009 en el estado se crearon un total de 110 mil 592 empleos. Es decir, los empleos creados en estos cinco años, superan los generados en los 18 años anteriores.

Mejores empleos

Pero no solamente se crearon más empleos en Sonora, lo mejor es que se abrieron plazas de mejor calidad y fuera de las grandes áreas urbanas de la entidad.

Con Armando López Nogales un 96% del empleo generado en su sexenio fue creado en sólo 3 municipios: Hermosillo, Cajeme y Nogales. Con Eduardo Bours esas mismas ciudades representaron el 85% de las plazas creadas en su administración.

En contraste, con Guillermo Padrés estos tres municipios sólo han concentrado el 62% del empleo generado, mientras que el resto del estado ha participado con el 38% restante.

Además con López Nogales el 94% de los empleos fueron aportados por el comercio y los servicios, mientras que con Eduardo Bours este mismo sector proporcionó 58% de los puestos de trabajo creados.

Por el contrario, con Padrés la industria ha contribuido con el 57% de los nuevos empleos, esto de la mano de sectores de altos niveles salariales como son el minero, automotriz y aeroespacial.

Gracias a esto, un 83% de los nuevos empleos creados en Sonora en los últimos cinco años tiene sueldos superiores a los 3 salarios mínimos. En contraste, antes sólo el 69% de las plazas generadas contaba con ingresos arriba de los 3 salarios mínimos.

Esto significa que en el sexenio de Guillermo Padrés se ha dado una transformación de fondo en la generación de empleos, con una mejor distribución en la entidad y además con empleos de mejor calidad.

Finalmente, este crecimiento económico y del empleo se ha traducido en un aumento de un 50% en el ingreso per cápita de los sonorenses.

En 2009 el ingreso per cápita en el estado era de 8 mil 804 dólares por habitante, mientras que este 2014 alcanza los 13 mil 299 dólares, su nivel más alto de la historia.

Esos son los números. En los hechos, este crecimiento se ha visto reflejado en proyectos como la expansión de la planta Ford de Hermosillo, la apertura del hangar para reparación de aviones en Cajeme, el inicio de operaciones en Hermosillo de Latecoere, empresa dedicada al ensamble de puertas para aviones, el arranque de la compañía Ameron en San Luis Río Colorado, y así podríamos citar decenas de proyectos materializados en esta administración.

Es cierto que estos resultados no son suficiente y falta mucho por hacer, pero nadie puede negar que representan un gran avance y una clara diferencia respecto a lo que se hizo en sexenios anteriores, pésele a quien le pese.

Con el abasto de agua asegurado en Hermosillo, y con la llegada del gas natural al Sur de Sonora, sin duda todavía vienen mejores cosas para Sonora en los próximos años.

Pero yo le pregunto a usted, ¿desea la continuidad de este despegue económico? ¿Le seguimos o le paramos? ¿Qué siga el cambio o nos devolvemos a lo de antes? Usted tendrá la decisión en unos meses más.

Alejandro Romero.
Economista y analista financiero con más de 17 años de experiencia en el periodismo económico y de negocios.
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miércoles, 15 de octubre de 2014

Tienen sonorenses "fiebre" por los casinos

Alejandro Romero

Sonora es la entidad con más casinos por habitantes en México. De acuerdo con cifras del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas de Inegi, en Sonora existen un total de 31 casinos, lo que se traduce en 11.6 casinos por cada millón de habitantes, la proporción más alta entre las 32 entidades del País.

De acuerdo con datos del último Censo Económico, en 2008 había en la entidad un total de 16 casinos. Ello significa en que este tipo de establecimientos duplicaron su presencia en el estado durante los últimos seis años.

Además, en 2008 los casinos instalados en Sonora obtuvieron ingresos por 987 millones de pesos. Si aplicamos la inflación y lo que ha aumentado el número de casinos, desde 2008 a la fecha, entonces hoy los casinos establecidos en la entidad podrían estar obteniendo ingresos alrededor de los 2,500 millones de pesos.

Es cierto que todo indica que Gobernación otorga permisos indiscriminadamente, pero también es una realidad que los sonorenses tienen por lo visto una seria adicción al juego y han hecho aquí más rentable esta actividad, en comparación a otras entidades.

Si no fuera un negocio tan rentable, no habría tantos casinos en Sonora, eso es una realidad y hay que aceptarla.

Lo malo es que además de generar problemas de adicción al juego, los casinos también tienen un efecto dañino en nuestra economía, ya que generalmente son de grandes cadenas nacionales y no reinvierten sus ganancias, por lo que se convierten una "aspiradora" que saca circulante de nuestra economía y por lo tanto afecta a sectores como el comercio y los servicios.

Urge que a nivel federal y estatal se impulsen nuevas leyes y regulaciones que limiten el crecimiento de estos establecimientos, y se retome el sentido original de su legalización, que en su momento fue atraer más turistas en ciertos destinos del país.

Los casinos deben ser un giro que refuerce la estrategia turística de México, no un cáncer que genere más problemas sociales y que debilite la economía.

Alejandro Romero.
Economista y analista financiero con más de 17 años de experiencia en el periodismo económico y de negocios.
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martes, 9 de septiembre de 2014

Va México al “despeñadero” en competitividad

Alejandro Romero

Algo muy malo sucede en nuestro país desde 2013, al grado que desde entonces hemos perdido 8 lugares en el ranking del Índice Global de Competitividad, elaborado por el Foro Económico Mundial.

Sí, lo leyó usted bien, hemos perdido 8 lugares. Y es que a pesar de los miles de spots que nos han “inundado” en las últimas semanas por el Segundo Informe del presidente Enrique Peña Nieto, la realidad es que la economía nacional lejos de acercarse al auge, parece dirigirse más bien al “despeñadero”.

De acuerdo con los expertos y líderes empresariales que componen el Foro Económico Mundial, México pasó del lugar 55 al 61 en su último informe de global de competitividad para el periodo 2014-2015.

Pero lo peor es que fue el segundo año consecutivo de caída para nuestro País, ya que en el estudio 2012-2013, la economía mexicana se encontraba en el lugar 53 de los 145 países que evalúa el informe.

Para que se dé una idea de cómo estamos y cómo hemos empeorado en el último año, en este ranking 2014-2015 nos situamos junto a países como Hungría, Ruanda, Jordania, Perú, Vietnam, y Georgia, en el grupo de naciones que ocupan las posiciones que van del lugar 60 al 69.

En contraste, el año pasado estábamos a la par de Portugal, Costa Rica, Sudáfrica, Brasil, Chipre, y Filipinas, en el bloque de naciones que ocupaban las posiciones que iban del lugar 50 al 59.

Las causas

Los líderes empresariales encuestados por el Foro Económico Mundial no se anduvieron por las ramas y este año señalaron que los obstáculos para que crezca la competitividad en México son básicamente: la corrupción, la regulación fiscal, la ineficiencia gubernamental y el crimen.

Como vemos, parece estar sobredimensionado el “encanto” que se dice han generado en el exterior las reformas estructurales aprobadas durante el primer tercio de la presidencia de Peña Nieto.

La realidad es que los inversionistas siguen viendo en el País una enorme corrupción, reglas fiscales engorrosas y costosas, y una alta ineficacia burocrática, que no les mayor confianza para invertir en México.

Y es que ninguna de las reformas aprobadas atendió precisamente estas preocupaciones de los inversionistas y expertos consultados.

Al contrario, la reforma fiscal elevó los impuestos en las fronteras y diversos productos, eliminó esquemas simplificados como Régimen de Pequeños Contribuyentes y sólo tuvo un afán recaudatorio. No buscó ni aumentar la base de contribuyentes, ni simplificar la carga fiscal para los cautivos.

Además el Gobierno federal encabezado por Peña Nieto sólo se ha preocupado por recaudar y endeudarse más, sin antes “adelgazar” y hacer más eficiente la estructura de la burocracia.

Ante este panorama, era de esperarse que el Foro Económico Mundial viera a la baja la competitividad de México.

Lo peor es que no se ve ningún esfuerzo a futuro por parte del Gobierno de Peña Nieto para mejorar estos renglones, por lo que es previsible que la competitividad del País siga a la baja o en el mejor de los casos se estanque.

Por lo visto, la única forma de arreglar esto sería que en 2015 hubiera un Congreso de la Unión de contrapeso, con mayoría opositora al PRI de Peña Nieto, y que finalmente desde ahí se aprobaran leyes, normas y presupuestos que combatieran la corrupción, que adelgazaran al Gobierno y que formularan una verdadera reforma fiscal.

Esa reforma + sería un paso enorme para mejorar la competitividad del país, sobre todo si reduce la carga fiscal, amplia la base de contribuyentes y simplifica al máximo el pago de impuestos.

¿Será esto posible? ¿Usted qué opina?

Alejandro Romero.
Economista y analista financiero con más de 17 años de experiencia en el periodismo económico y de negocios.
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martes, 26 de agosto de 2014

El segundo informe de Peña Nieto: La economía estancada, los salarios se deterioran y el desempleo en las alturas

Alejandro Romero

A unos días de que el presidente Enrique Peña Nieto rinda su segundo informe de Gobierno, la cruda realidad es que en su administración los buenos resultados económicos siguen brillando por su ausencia.

La economía mexicana se encuentra estancada, sí con estabilidad macroeconómica, pero con salarios carcomidos por la inflación y los aumentos a los alimentos, con los niveles de desempleo más altos para un primer tercio de Gobierno desde Ernesto Zedillo y todo eso con la deuda pública en franco aumento.

Con todo y la creciente publicidad oficial que comienza a inundarnos, los números hablan por sí solos, déjeme le explico por qué.

En materia de crecimiento, del 2013 a la fecha, la economía mexicana se ha mantenido prácticamente estancada, expandiéndose a una raquítica tasa del 1.4%, que a duras penas iguala el aumento de la población.

Además durante los dos primeros años de Felipe Calderón, con todo y el conflicto poselectoral que generó López Obrador y que comenzaba a dibujarse la crisis hipotecaria en Estados Unidos, aun así la economía logró un crecimiento anual promedio de al menos 2.3%, casi el doble que el que tenemos con Peña Nieto.

Si bien Peña Nieto ha logrado tasas de inflación más bajas y un peso estable, en comparación al primer tercio de sus dos últimos antecesores, de ¿qué sirve esa estabilidad macroeconómica si los ingresos de la gente no crecen y la tasa de desempleo es de las más altas desde los dos primeros años de Ernesto Zedillo?

De acuerdo con cifras del IMSS, en lo que va del sexenio de Peña Nieto el salario promedio de los trabajadores formales ha crecido a una tasa anual del 4.3%, cifra muy inferior a los aumentos que concretaron los trabajadores mexicanos en los dos primeros años de Fox (10.9%) y Calderón (5.6%).

Por si fuera poco, el salario promedio de los trabajadores mexicanos ha crecido por abajo del 4.7% que han aumentado los precios de los alimentos en lo que va de la actual administración federal. Esto ha tenido un impacto importante en las finanzas de las familias.

Por otra parte, según Inegi, de diciembre de 2013 a julio de 2014, la tasa de desempleo en México ha sido del 4.9% en promedio, superior al 3.8% que alcanzó en los primeros dos años de Calderón y el 2.8% que mantuvo en el primer tercio de sexenio de Vicente Fox.

El “caminito” de la deuda

Finalmente, en lo que va del sexenio de Peña Nieto la deuda pública neta (tanto interna como externa) del País se ha elevado en casi 800 mil millones de pesos, hasta alcanzar los 5.88 billones de pesos.

Para que se dé una idea, este aumento de la deuda nacional equivale toda la producción que tendrán este año las economía de Sonora y Baja California juntas. De ese tamaño ha sido el endeudamiento del País del 2013 a la fecha.

Esto se ha traducido en un incremento de la deuda de 15.6% en lo que va del sexenio de Peña Nieto, alza que es superior al 5.4% que se elevó en el mismo periodo de Calderón.

¿Pero a qué se debe este potencial desastre económico? Son varios los factores, pero podemos mencionare entre los más importantes: El mal manejo del gasto público al inicio de la administración, el aumento de la carga impositiva para las empresas con la reforma fiscal y la pasividad que ha mostrado el Gobierno federal para aplicar medidas que incentiven el crecimiento a corto plazo, sin tener que esperar la aprobación y maduración de las reformas estructurales.

Por desgracia todo indica que la visión del Gobierno federal no va a cambiar: No va a dar marcha atrás a los aspectos más negativos de la reforma fiscal, y además continuará a la espera de que las reformas laboral, de telecomunicaciones y energética rindan sus esperados frutos, lo cual usted debe esperar sentado, ya que éstas tardarán años para sentirse en su bolsillo, dese luego si son bien aplicadas.

Estos son los datos duros sobre la economía nacional. Pero la mejor opinión del desempeño de Peña Nieto la tiene usted, sólo pregúntese ¿hoy su economía y la de su familia está mejor de lo que estaba en 2012?

Alejandro Romero.
Economista y analista financiero con más de 17 años de experiencia en el periodismo económico y de negocios.
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