La Sombra Telemax 31 de agosto del 2015

Comentario económico de Alejandro Romero 1 de julio del 2015

miércoles, 17 de octubre de 2012

Va Guillermo Padrés contra la “maldición” de la segunda mitad de sexenio


Alejandro Romero

Por alguna extraña y terrible razón, los últimos tres gobernadores del Estado han sufrido una terrible “maldición” económica durante la segunda mitad de sus sexenios.

En sus tres primeros años la economía marcha bien y logran resultados destacables, pero en los siguientes tres años todo se viene abajo, la economía estatal se ha desplomado y se han perdido miles de empleos.

Le sucedió Manlio Fabio Beltrones, a Armando López Nogales y a Eduardo Bours. ¿Habrá llegado la hora de que por fin Guillermo Padrés acabe con esta “maldición” similar a las “míticas” crisis de fin de sexenio que tuvieron en los 80’s y 90’s los presidentes de México?

¿Qué sucedió en los tres sexenios anteriores para que todo se viniera abajo en los últimos tres años del sexenio? ¿Hay lecciones que deba aprender la actual administración? ¿Qué errores se cometieron esas administraciones estatales que hoy debemos evitar? Vamos analizando cada caso.

En la primera mitad de Manlio Fabio Beltrones, de 1991 a 1994, la economía estatal creció a una tasa promedio del 5%, pero después de 1995 a 1997, la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) estatal redujo a la mitad, a sólo una tasa del 2.6% anual, esto de acuerdo con cifras de Inegi.

En los últimos tres años de Manlio es obvio que la economía estatal se vio afectada por el llamado “error de diciembre”, cuando el peso se devaluó un 100% y la economía mexicana se desplomó más de un 6% en 1995.

No obstante, también es importante recordar que la deuda estatal se disparó y puso al borde de la parálisis a las finanzas del Gobierno del Estado. La deuda pública directa e indirecta del Gobierno estatal pasó de 3 mil 150 millones de pesos en 1994 a 6 mil 085.5 millones en 1996, es decir, se duplicó en sólo 2 años.

Por otra parte, luego de que Beltrones llevara una estrecha relación con Carlos Salinas en su primera mitad de sexenio, en la segunda mitad su relación con Ernesto Zedillo fue fría y distante.

ALN y su 11 de septiembre

Luego, en el sexenio de Armando López Nogales los primeros tres años lucían relativamente bien. La deuda estatal aunque era alta, dejó de incrementarse y entró en una fase de estabilización. Su relación tanto con Zedillo como con Fox fue meramente institucional.

Así, de 1997 al 2000, la economía sonorense creció a una aceptable tasa del 5.9% y se generaron 64 mil nuevos empleos.

Pero a partir de 2001, López Nogales también tuvo su propio “11 de septiembre”. La economía americana entró en recesión y con los atentados terroristas a las Torres Gemelas y el Pentágono, el comercio y la inversión extranjera se vieron seriamente dañados en México y a nivel internacional.

Además China ingresó a la Organización Mundial de Comercio (OMC) y eso produjo una fuga de inversiones en naciones como México, y en especial en los estados fronterizos.

López Nogales y sus asesores económicos simplemente no supieron qué hacer y la economía se vino abajo irremediablemente. Del 2001 al 2003 la economía sonorense cayó a una tasa del 0.3% anual y se perdieron más de 31 mil empleos formales, es decir, la mitad de los que había creado López Nogales en sus primeros tres años. Fue un desastre.

Posteriormente, con Eduardo Bours la historia se repitió, pero con todas las agravantes.

Del 2003 al 2006, la economía estatal creció a un ritmo del 6.2% anual, y se crearon casi 60 mil empleos formales, según cifras del IMSS.

La economía sonorense parecía ir mejor que nunca, y con el anuncio de la “megainversión” de Ford a finales de 2003, parecía que únicamente aguardaba crecimiento y prosperidad en el futuro del Estado.

Desde el Gobierno estatal se acuñó la frase “Viene lo mejor” haciendo referencia a que la segunda mitad del sexenio bourcista se tendrían mejores resultados que la primera parte.

Pero entonces en una cruda vuelta del destino, en 2008 estalló la crisis hipotecaria en Estados Unidos, la peor de los últimos 30 años.

Previendo el deterioro de la economía estatal por la recesión americana que se avecinaba, Bours no se quedó de brazos cruzados como López Nogales y lanzó el Plan Sonora Proyecta (PSP) para impulsar la obra pública en el Estado como palanca del desarrollo.

El problema fue que el PSP se financió exclusivamente con deuda pública ,que de nueva cuenta asfixiaría las finanzas estatales. En 2007 la deuda pública directa e indirecta del Gobierno estatal era de 6 mil 922.5 millones de pesos. Para 2008 se disparó a 11 mil 390.7 millones. Es decir, casi se duplicó en apenas un año.

La deuda era el único camino para Bours, ya que entró en públicos conflictos con el presidente Felipe Calderón, por lo que quedó descartada cualquier alianza o solicitud de apoyo al Gobierno federal para financiar obra y que Sonora hiciera frente a la crisis americana.

Así, de 2007 al 2009, nuevamente la “maldición” se hizo presente y la economía estatal se contrajo a una tasa promedio del 0.6% anual. El empleo se paralizó por completo y en los tres años finales de Eduardo Bours se perdieron 645 empleos, según datos del IMSS. Al menos no se perdieron miles como con López Nogales.

Pero el problema fue que en esos tres años cerca de 75 mil sonorenses se incorporaron al mercado laboral y el desempleo en el Estado se disparó de un 2% en 2007 a casi 7% para finales de 2009.

Los 5 mandamientos sexenales

En su primera mitad de sexenio, Guillermo Padrés tiene por mucho los mejores resultados económicos en varios sexenios. La economía ha crecido a una impresionante tasa del 7% anual, y se han creado más de 91 mil nuevos empleos formales, según el IMSS.

¿Pero volverá la “maldición” del 2013 al 2015? ¿Qué se puede hacer para evitarla?

Desde mi punto de vista, por fortuna se  ve muy remota la posibilidad de una segunda mitad de sexenio desastrosa, como la que vivieron los tres sexenios anteriores.

La economía americana crece moderadamente, pero no se avizora una recesión en el corto plazo. La deuda estatal se encuentra estable y manejable, y el gobernador ha dado señales de querer llevar bien la fiesta con Enrique Peña Nieto.

No obstante, tomando en cuenta lo que sucedió en sexenios anteriores, creo que hay que seguir cinco “mandamientos” para evitar una nueva crisis en la segunda mitad de sexenio, y estos son:

1. No pelearás con el nuevo Presidente de México.

2. No endeudarás al Estado.

3. Invertirás en infraestructura por sobre todas las cosas.

4. Buscarás que el presupuesto se apruebe antes del 31 de diciembre todos los años.

5. Estarás al pendiente del entorno internacional para reaccionar a tiempo.

Si estos cinco puntos se siguen al pie de la letra y al concretarse la introducción del gas natural al Sur del Estado, que detonará el desarrollo de esa región, entonces Guillermo Padrés podría romper de una vez por todas esa “maldición” sexenal y pasar a la historia como el gobernador con los mejores resultados económicos para el Estado durante toda su administración.

Alejandro Romero.
Economista y analista financiero con más de 15 años de experiencia en el periodismo económico y de negocios.
Comentarios: elbbone@hotmail.com
Sígueme en Twitter: @AlexRomeroAyala

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