Tras el terremoto que vivió la semana pasada Japón y su actual “crisis nuclear”, es inevitable hacernos la siguiente pregunta: ¿Cómo puede afectar este desastre a la economía sonorense?
En primera instancia yo le diría que los efectos directos para Sonora serán mínimos y de corto plazo. Déjeme le explico por qué llego a esta conclusión.
Pero vamos por partes, primero le digo cómo está la situación en ese País asiático y al final hablamos en específico de México y Sonora.
Para empezar la economía japonesa es una de las más sólidas a nivel internacional y es la tercera más grande del mundo, sólo detrás de Estados Unidos y China.
Además las empresas japonesas, como por ejemplo Toyota, son de las más competitivas y eficientes del mundo, y se encuentran en una situación financiera bastante sana con bajo endeudamiento, por lo que ese país y sus compañías tienen recursos y medios suficientes para recuperarse relativamente pronto de esta catástrofe.
Se estima que la reconstrucción de las zonas afectadas costará 180 mil millones de dólares, que si bien es mucho dinero, en realidad representa sólo un 0.3% del Producto Interno Bruto (PIB) japonés.
Japón es una nación que cuenta con altos niveles de ahorro interno, por lo que sin duda habrá recursos suficientes para financiar ese gasto de reconstrucción.
Por otra parte, las cuatro provincias más afectadas por el desastre –Iwate, Miyagi, Fukushima y Ibaraki- representan sólo el 6% de la economía japonesa, es decir, el restante 94% no resintió tanto los efectos del sismo y posterior tsunami.
Respecto a la crisis nuclear, si bien la situación hoy permanece delicada, las tecnologías de seguridad atómica han avanzado mucho en los últimos años y la comunidad internacional no dejará solo a Japón con este problema, por lo que es de esperarse que la situación llegue a buen término.
Si bien se prevé que a causa de todo esto la economía japonesa se contraiga, especialistas del Credit Suisse esperan que sea sólo durante los próximos dos trimestres, para luego retomar nuevamente el crecimiento a finales de este año.
Incluso después podría experimentar una recuperación vigorosa, ya que se espera que las tareas de reconstrucción estimulen al sector constructor de ese país, que desde hace años se encuentra paralizado por el envejecimiento y reducción de la población.
En conclusión, la economía japonesa seguramente enfrentará un periodo turbulento en el corto plazo, pero el gasto de reconstrucción y la capacidad financiera y productiva de sus empresas, favorecerán una pronta reactivación de ese país, una vez superada la emergencia actual.
¿Y en Sonora?
Ahora hablemos de México y Sonora.
En el caso de nuestro País, sólo un 0.6% de nuestras exportaciones van dirigidas al mercado nipón. Es decir, de más de 280 mil millones de dólares que exportamos en 2010, sólo poco más de mil 900 millones fueron a Japón.
Para Sonora la situación es muy similar y el porcentaje de nuestras exportaciones dirigidas a esa nación asiática no rebasa el 2 ó 3% del total. Los sectores agrícola y pesquero tienen en Estados Unidos a su principal cliente y lo que se envía a Japón es una mínima proporción.
El único sector que sí tiene una estrecha relación con Japón es el porcino, donde nueve de cada diez dólares que exporta provienen de Japón.
No obstante, volvemos a lo del inicio, se prevé que la emergencia económica en Japón sea de corto plazo, para luego retomar el crecimiento.
Además el 94% de la economía japonesa resultó relativamente bien librada de la catástrofe, por lo que seguramente es poco probable que la demanda de carne de puerco de ese país caiga abruptamente.
Por otra parte, Japón es uno de los mayores importadores de alimentos del mundo, y ante la emergencia incluso podría llegar a necesitar de mayores compras agroalimentarias en el exterior, sobre todo si la capacidad productiva de las zonas afectadas quedó seriamente dañadas.
No obstante, para evitar sorpresas los productores de puerco locales tampoco se deben quedar cruzados de brazos desde mi particular punto de vista.
En estos momentos muy seguramente sus clientes y el Gobierno japonés, verían con muy buenos ojos cualquier gesto de solidaridad, ya sea con un costo especial de producto por la emergencia o ¿por qué no? Con algún donativo en especie para alimentar a los damnificados. Esto podría afianzar la relación comercial a futuro.
Adicionalmente en febrero pasado México y China (uno de los principales consumidores de cerdo en el mundo) acordaron abrir el comercio de carne de puerco, por lo que este País puede ser una excelente oportunidad, no sólo para compensar alguna baja en las exportaciones hacia Japón, sino para incrementar las ventas del sector en general.
La única forma en que México y Sonora pueden verse seriamente afectados por la situación en Japón, sería que esta nación cayera en una profunda crisis económica que arrastre a todo el sudeste asiático y luego afecte a Estados Unidos, situación que por fortuna hasta hoy no se ve como algo factible.
Alejandro Romero.
Economista y analista financiero con más de 13 años de experiencia en el periodismo de economía y negocios.
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