Alejandro Romero
De nuevo hay “focos rojos” en la economía estadounidense, y en consecuencia, también los hay para México y Sonora.
Cada vez son más los economistas, ya sea neokeynesianos o liberales, que advierten la posibilidad de que la economía estadounidense vuelva a caer en recesión durante la segunda mitad del 2010, arrastrando con ello al mundo y a países como México.
Este martes durante una reunión de la Asociación de Economistas de Estados Unidos, los premios Nobel de Economía, Paul Krugman y Joseph Stiglitz, se mostraron pesimistas sobre el futuro de la todavía economía más poderosa del planeta.
Krugman, quien fue uno de los primeros economistas en predecir la crisis financiera de finales del 2008, ahora advierte que existen entre un 30 y hasta un 40% de probabilidades de que la economía americana recaiga en la recesión en algún momento del segundo semestre de este año.
¿Por qué? De acuerdo con su visión, esto sucedería en caso de que el Gobierno de Obama comience a retirar los estímulos monetarios y fiscales que mantiene desde 2009 para apoyar la recuperación económica.
En otras palabras, imagine que la economía estadounidense es un paciente grave, que incluso estuvo en coma por varios meses y se mantiene con vida gracias a máquinas y un respirador artificial. De acuerdo con Krugman, retirar los estímulos sería cono desconectar al paciente del respirador antes de tiempo. Obviamente el paciente moriría.
Por su parte, Stiglitz previó que en el corto plazo el crecimiento de nuestro vecino País del Norte continuará débil.
Además, en su perspectiva los estímulos del Gobierno americano al sector financiero sólo están retrasando una nueva crisis, que considera inevitable.
En la visión del profesor de Economía de la Universidad de California, Michael Intriligator, la recesión del 2009 ni siquiera ha terminado, y advierte que la recuperación es tan débil y lenta que el Producto Interno Bruto de Estados Unidos no regresará a niveles anteriores a la crisis hasta el 2013.
En el caso del mercado laboral, es más pesimista y prevé que el desempleo no se ubicará en niveles del 2008 hasta el año 2016.
En la otra “esquina” o “bando” están los economistas liberales, que coinciden: Estados Unidos se acerca a una recesión y a una etapa de altos niveles de inflación y tasas de interés, pero ellos por su parte, culpan al “dineral” que le ha metido el Gobierno de Obama a la economía para recuperarla.
Independientemente de este debate interminable entre los economistas, de si el Gobierno debe intervenir o no en la economía, a mi lo que me pone a temblar es que a inicios del 2010, cada vez más especialistas coincidan en que la recuperación de la economía americana será más lenta de lo esperado y que incluso haya grandes posibilidades recaer nuevamente en una recesión.
Las consecuencias para Sonora
Obviamente esto tendría repercusiones negativas todavía incalculables para las economías de México y Sonora.
Primero, significaría la posibilidad de un segundo año consecutivo de recesión y la elevación aún más acelerada del desempleo, todo esto en combinación con un aumento de los impuestos y la inflación, lo que tendría graves consecuencias en la población.
Además es preocupante que esto vaya a darse en un contexto como el de Sonora, donde para el presupuesto de este 2010 el Gobierno estatal no se apretó el cinturón en el gasto corriente y por si fuera poco redujo en un 30% el gasto en infraestructura, el instrumento más efectivo que tiene a la mano para apoyar la recuperación del Estado y elevar su competitividad.
Por si fuera poco, una elevación de la inflación en Estados Unidos elevarían las tasas de interés a nivel mundial y podrían poner en peligro la calificación de la deuda de Sonora y el País, lo que elevaría el costo de contratar deuda gubernamental, como por ejemplo para construir la desaladora que garantice el abasto de agua para Hermosillo.
En pocas palabras, si reaccionamos tarde a este escenario, Sonora no tendrá margen de maniobra para enfrentar la situación a futuro, ya que si se deseara crear un Plan de Obra Emergente para apoyar la recuperación a base de deuda saldría tan costoso, que resultaría una opción inviable y por si fuera poco, proyectos impostergables como el de la desaladora, saldrán aún más costosos de lo que se prevé.
Ante esto, el País y Sonora quedarían desprotegidos y expuestos de manera directa a los efectos de una nueva recesión, lo que tendría consecuencias terribles sobre el desempleo, los niveles de pobreza extrema, en el ingreso de los ciudadanos de clase media, e incluso del propio Gobierno.
A finales del 2008, ningún político en México tomó en serio las advertencias de la profundidad de la crisis que estaba por venir, incluso se dijo que sólo era una “catarrito” y a los que nos atrevimos a decir algo, nos calificaron de aboneros del desastre o catastrofistas. Las consecuencias de este error son innegables: No reaccionamos y en 2009 México y Sonora vivieron la peor crisis de la historia moderna.
Hoy ¿algún político en México o del nuevo Gobierno estatal a cargo de Guillermo Padrés, prestará atención a esta nueva advertencia? Aún estamos a tiempo de reaccionar.
Alejandro Romero.
Economista y Jefe de Redacción de Informativo Entre Todos, con más de 12 años de experiencia en el periodismo económico y financiero.
Comentarios: elbbone@hotmail.com y alejandroromero@hotmail.com
De nuevo hay “focos rojos” en la economía estadounidense, y en consecuencia, también los hay para México y Sonora.
Cada vez son más los economistas, ya sea neokeynesianos o liberales, que advierten la posibilidad de que la economía estadounidense vuelva a caer en recesión durante la segunda mitad del 2010, arrastrando con ello al mundo y a países como México.
Este martes durante una reunión de la Asociación de Economistas de Estados Unidos, los premios Nobel de Economía, Paul Krugman y Joseph Stiglitz, se mostraron pesimistas sobre el futuro de la todavía economía más poderosa del planeta.
Krugman, quien fue uno de los primeros economistas en predecir la crisis financiera de finales del 2008, ahora advierte que existen entre un 30 y hasta un 40% de probabilidades de que la economía americana recaiga en la recesión en algún momento del segundo semestre de este año.
¿Por qué? De acuerdo con su visión, esto sucedería en caso de que el Gobierno de Obama comience a retirar los estímulos monetarios y fiscales que mantiene desde 2009 para apoyar la recuperación económica.
En otras palabras, imagine que la economía estadounidense es un paciente grave, que incluso estuvo en coma por varios meses y se mantiene con vida gracias a máquinas y un respirador artificial. De acuerdo con Krugman, retirar los estímulos sería cono desconectar al paciente del respirador antes de tiempo. Obviamente el paciente moriría.
Por su parte, Stiglitz previó que en el corto plazo el crecimiento de nuestro vecino País del Norte continuará débil.
Además, en su perspectiva los estímulos del Gobierno americano al sector financiero sólo están retrasando una nueva crisis, que considera inevitable.
En la visión del profesor de Economía de la Universidad de California, Michael Intriligator, la recesión del 2009 ni siquiera ha terminado, y advierte que la recuperación es tan débil y lenta que el Producto Interno Bruto de Estados Unidos no regresará a niveles anteriores a la crisis hasta el 2013.
En el caso del mercado laboral, es más pesimista y prevé que el desempleo no se ubicará en niveles del 2008 hasta el año 2016.
En la otra “esquina” o “bando” están los economistas liberales, que coinciden: Estados Unidos se acerca a una recesión y a una etapa de altos niveles de inflación y tasas de interés, pero ellos por su parte, culpan al “dineral” que le ha metido el Gobierno de Obama a la economía para recuperarla.
Independientemente de este debate interminable entre los economistas, de si el Gobierno debe intervenir o no en la economía, a mi lo que me pone a temblar es que a inicios del 2010, cada vez más especialistas coincidan en que la recuperación de la economía americana será más lenta de lo esperado y que incluso haya grandes posibilidades recaer nuevamente en una recesión.
Las consecuencias para Sonora
Obviamente esto tendría repercusiones negativas todavía incalculables para las economías de México y Sonora.
Primero, significaría la posibilidad de un segundo año consecutivo de recesión y la elevación aún más acelerada del desempleo, todo esto en combinación con un aumento de los impuestos y la inflación, lo que tendría graves consecuencias en la población.
Además es preocupante que esto vaya a darse en un contexto como el de Sonora, donde para el presupuesto de este 2010 el Gobierno estatal no se apretó el cinturón en el gasto corriente y por si fuera poco redujo en un 30% el gasto en infraestructura, el instrumento más efectivo que tiene a la mano para apoyar la recuperación del Estado y elevar su competitividad.
Por si fuera poco, una elevación de la inflación en Estados Unidos elevarían las tasas de interés a nivel mundial y podrían poner en peligro la calificación de la deuda de Sonora y el País, lo que elevaría el costo de contratar deuda gubernamental, como por ejemplo para construir la desaladora que garantice el abasto de agua para Hermosillo.
En pocas palabras, si reaccionamos tarde a este escenario, Sonora no tendrá margen de maniobra para enfrentar la situación a futuro, ya que si se deseara crear un Plan de Obra Emergente para apoyar la recuperación a base de deuda saldría tan costoso, que resultaría una opción inviable y por si fuera poco, proyectos impostergables como el de la desaladora, saldrán aún más costosos de lo que se prevé.
Ante esto, el País y Sonora quedarían desprotegidos y expuestos de manera directa a los efectos de una nueva recesión, lo que tendría consecuencias terribles sobre el desempleo, los niveles de pobreza extrema, en el ingreso de los ciudadanos de clase media, e incluso del propio Gobierno.
A finales del 2008, ningún político en México tomó en serio las advertencias de la profundidad de la crisis que estaba por venir, incluso se dijo que sólo era una “catarrito” y a los que nos atrevimos a decir algo, nos calificaron de aboneros del desastre o catastrofistas. Las consecuencias de este error son innegables: No reaccionamos y en 2009 México y Sonora vivieron la peor crisis de la historia moderna.
Hoy ¿algún político en México o del nuevo Gobierno estatal a cargo de Guillermo Padrés, prestará atención a esta nueva advertencia? Aún estamos a tiempo de reaccionar.
Alejandro Romero.
Economista y Jefe de Redacción de Informativo Entre Todos, con más de 12 años de experiencia en el periodismo económico y financiero.
Comentarios: elbbone@hotmail.com y alejandroromero@hotmail.com
Desgraciadamente este panorama se ve tan cerca que contrasta con el discurso de Calderon en el sentido de que el pais ya salio de crisis y 2010 sera un año de recuperacion.
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