Alejandro Romero
Si Guillermo Padrés desea enfilar al Estado a la recuperación económica, hacerlo más competitivo, cautivar a inversionistas, generar optimismo y trascender como Gobernador, debe concentrarse en una cosa: Hacer obras.
Pero no hablamos de generar cualquier número y tipo de obras. Deben ser más obras que ningún otro Gobernador en la historia, pero adicionalmente deben ser verdaderos tiros de precisión que generen el mayor efecto multiplicador posible para la economía estatal.
Debe hacerlo no sólo para asegurar el éxito económico de su administración, si no también para evitar que otros estados nos continúen rebasando como ha sucedido desde la crisis 1995 a la fecha.
Y es que a pesar de que durante la pasada administración estatal el gasto en infraestructura pasó de sólo 700 millones al año a más de 4 mil millones de pesos al final del sexenio, aún así, Sonora es uno de los estados que menos invierte en infraestructura en México.
A pesar de todo lo que se avanzó en el sexenio pasado, que fue mucho y hay que reconocerlo, aún así sólo se invierte un 13% del presupuesto total del Estado en obras públicas, mientras que en entidades como Tamaulipas y Querétaro, una tercera parte del gasto público se destina a infraestructura, esto de acuerdo con el Informe 2009 sobre la Situación Regional de la Infraestructura, elaborado por BBVA Bancomer.
De hecho, en promedio, las 32 entidades federativas del País invierten un 24% de sus presupuestos locales en obras, es decir, nosotros estamos muy por debajo de la media nacional.
Imagínese mi estimado lector, el rezago tan enorme que dejó en infraestructura la pésima administración de Armando López Nogales, que siempre se justificó de la falta de obra culpando a la deuda. El caso es que Sonora se rezagó a niveles inimaginables y salir del hoyo nos tomará aún varios sexenios.
Otra muestra del rezago que arrastra Sonora en infraestructura, es que sólo un 25% de todas sus carreteras están pavimentadas. En tanto, a nivel nacional un 35% de la red tiene pavimento, mientras que en estados fronterizos extensos como Coahuila y Chihuahua los niveles de cobertura son superiores al 40%.
Por eso, es de vital importancia que la nueva administración estatal, encabezada por Padrés, concentre sus baterías en hacer una verdadera reingeniería al Presupuesto, en la que se reduzca el gasto corriente y se lleve a niveles históricos el gasto en obras.
Además cada peso adicional que ingrese a las arcas estatales debe estar prioritariamente etiquetado para destinarse a infraestructura.
Los beneficios
El gasto en obra pública es el instrumento más efectivo y directo que tiene el Gobierno estatal y en general cualquier Gobierno del mundo para influir en una economía, por lo que incrementar el gasto en este rubro es estratégico para fomentar una recuperación económica más acelerada y sostenida en Sonora.
Adicionalmente, la construcción de obras estratégicas permite elevar la competitividad del Estado, lo que termina por atraer mayores inversiones, propiciar un crecimiento del empleo y por tanto prosperidad.
Para dar este paso estratégico, el nuevo Gobierno debe elaborar cuanto antes un Plan Sexenal de Infraestructura en el que contemple las obras que serán esos tiros de precisión que elevarán la competitividad del Estado.
¿Pero cuáles son algunas de esas obras que podrían considerarse en dicho plan? Aquí le van algunas que yo considero en lo personal.
1. Comunicar a Sonora con Chihuahua y Baja California a través de carreteras de cuatro carriles. Es estratégico que Sonora deje de comunicarse sólo de Sur a Norte con el resto del País y con Estados Unidos. Abrir una carretera de Cuatro Carriles de este a oeste potenciaría a llegada al Estado de turistas e inversiones de Nuevo México, Chihuahua, Caja California y California.
2. Continuar la carretera costera hasta Empalme. Este es un proyecto anhelado desde hace muchos años. A mi en lo particular me tocó que me lo platicara Don César Gándara Laborín. Todos los estados vecinos, hablamos de Sinaloa y Baja California, cuentan con carreteras costeras que han sido detonantes para el turismo de sus destinos de playa. Continuar su construcción de Puerto Peñasco hasta Empalme podría acelerar el desarrollo de Puerto Libertad, Bahía de Kino y Guaymas y Empalme.
3. Abrir una planta desalinizadora para el abasto de agua a Hermosillo, además de varias plantas tratadoras. Asegurar el abasto de agua es indispensable para propiciar la llegada de inversiones. No hacer estas obras nos podría poner en serio problemas para la apertura de empresas y nuevos empleos.
4. Mejorar y ampliar los aeropuertos de Guaymas y Empalme. Sonora no debe conformarse con ser un destino turístico carretero. Cuenta con el Golfo de California, el acuario más grande del mundo, y si precisamente queremos que el mundo lo disfrute y eso nos genere divisas, debemos propiciar la llegada de turistas internacionales mediante los vuelos.
5. Afianzar a Guaymas como puerto de carga para la importación de mercancías a Arizona y Nuevo México. Ambos estados carecen de costas, y Sonora puede convertirse en la opción natural como puerto de carga para las mercancías que tengan como destino a Arizona y Nuevo México o viceversa, que se exporten de esas entidades a otros países del mundo. Los puertos de California están saturados y la mayor parte del comercio mundial se realiza vía marítima, así que ahí hay una gran oportunidad para nuestros puertos.
Como ya lo hemos dicho antes, Sonora tiene opciones para salir delante de la recesión e incluso enfilarse a un crecimiento acelerado después de 2011, ahora la palabra para hacer realidad estos y otros proyectos detonadores la tienen el nuevo Gobernador y su equipo.
Alejandro Romero.
Economista y Jefe de Redacción de Informativo Entre Todos, con más de 12 años de experiencia en periodismo financiero y de negocios.
Comentarios: elbbone@hotmail.com y alejandroromero@entretodos.com.mx.
Blogspot: http://alexromeroayala.blogspot.com/
Si Guillermo Padrés desea enfilar al Estado a la recuperación económica, hacerlo más competitivo, cautivar a inversionistas, generar optimismo y trascender como Gobernador, debe concentrarse en una cosa: Hacer obras.
Pero no hablamos de generar cualquier número y tipo de obras. Deben ser más obras que ningún otro Gobernador en la historia, pero adicionalmente deben ser verdaderos tiros de precisión que generen el mayor efecto multiplicador posible para la economía estatal.
Debe hacerlo no sólo para asegurar el éxito económico de su administración, si no también para evitar que otros estados nos continúen rebasando como ha sucedido desde la crisis 1995 a la fecha.
Y es que a pesar de que durante la pasada administración estatal el gasto en infraestructura pasó de sólo 700 millones al año a más de 4 mil millones de pesos al final del sexenio, aún así, Sonora es uno de los estados que menos invierte en infraestructura en México.
A pesar de todo lo que se avanzó en el sexenio pasado, que fue mucho y hay que reconocerlo, aún así sólo se invierte un 13% del presupuesto total del Estado en obras públicas, mientras que en entidades como Tamaulipas y Querétaro, una tercera parte del gasto público se destina a infraestructura, esto de acuerdo con el Informe 2009 sobre la Situación Regional de la Infraestructura, elaborado por BBVA Bancomer.
De hecho, en promedio, las 32 entidades federativas del País invierten un 24% de sus presupuestos locales en obras, es decir, nosotros estamos muy por debajo de la media nacional.
Imagínese mi estimado lector, el rezago tan enorme que dejó en infraestructura la pésima administración de Armando López Nogales, que siempre se justificó de la falta de obra culpando a la deuda. El caso es que Sonora se rezagó a niveles inimaginables y salir del hoyo nos tomará aún varios sexenios.
Otra muestra del rezago que arrastra Sonora en infraestructura, es que sólo un 25% de todas sus carreteras están pavimentadas. En tanto, a nivel nacional un 35% de la red tiene pavimento, mientras que en estados fronterizos extensos como Coahuila y Chihuahua los niveles de cobertura son superiores al 40%.
Por eso, es de vital importancia que la nueva administración estatal, encabezada por Padrés, concentre sus baterías en hacer una verdadera reingeniería al Presupuesto, en la que se reduzca el gasto corriente y se lleve a niveles históricos el gasto en obras.
Además cada peso adicional que ingrese a las arcas estatales debe estar prioritariamente etiquetado para destinarse a infraestructura.
Los beneficios
El gasto en obra pública es el instrumento más efectivo y directo que tiene el Gobierno estatal y en general cualquier Gobierno del mundo para influir en una economía, por lo que incrementar el gasto en este rubro es estratégico para fomentar una recuperación económica más acelerada y sostenida en Sonora.
Adicionalmente, la construcción de obras estratégicas permite elevar la competitividad del Estado, lo que termina por atraer mayores inversiones, propiciar un crecimiento del empleo y por tanto prosperidad.
Para dar este paso estratégico, el nuevo Gobierno debe elaborar cuanto antes un Plan Sexenal de Infraestructura en el que contemple las obras que serán esos tiros de precisión que elevarán la competitividad del Estado.
¿Pero cuáles son algunas de esas obras que podrían considerarse en dicho plan? Aquí le van algunas que yo considero en lo personal.
1. Comunicar a Sonora con Chihuahua y Baja California a través de carreteras de cuatro carriles. Es estratégico que Sonora deje de comunicarse sólo de Sur a Norte con el resto del País y con Estados Unidos. Abrir una carretera de Cuatro Carriles de este a oeste potenciaría a llegada al Estado de turistas e inversiones de Nuevo México, Chihuahua, Caja California y California.
2. Continuar la carretera costera hasta Empalme. Este es un proyecto anhelado desde hace muchos años. A mi en lo particular me tocó que me lo platicara Don César Gándara Laborín. Todos los estados vecinos, hablamos de Sinaloa y Baja California, cuentan con carreteras costeras que han sido detonantes para el turismo de sus destinos de playa. Continuar su construcción de Puerto Peñasco hasta Empalme podría acelerar el desarrollo de Puerto Libertad, Bahía de Kino y Guaymas y Empalme.
3. Abrir una planta desalinizadora para el abasto de agua a Hermosillo, además de varias plantas tratadoras. Asegurar el abasto de agua es indispensable para propiciar la llegada de inversiones. No hacer estas obras nos podría poner en serio problemas para la apertura de empresas y nuevos empleos.
4. Mejorar y ampliar los aeropuertos de Guaymas y Empalme. Sonora no debe conformarse con ser un destino turístico carretero. Cuenta con el Golfo de California, el acuario más grande del mundo, y si precisamente queremos que el mundo lo disfrute y eso nos genere divisas, debemos propiciar la llegada de turistas internacionales mediante los vuelos.
5. Afianzar a Guaymas como puerto de carga para la importación de mercancías a Arizona y Nuevo México. Ambos estados carecen de costas, y Sonora puede convertirse en la opción natural como puerto de carga para las mercancías que tengan como destino a Arizona y Nuevo México o viceversa, que se exporten de esas entidades a otros países del mundo. Los puertos de California están saturados y la mayor parte del comercio mundial se realiza vía marítima, así que ahí hay una gran oportunidad para nuestros puertos.
Como ya lo hemos dicho antes, Sonora tiene opciones para salir delante de la recesión e incluso enfilarse a un crecimiento acelerado después de 2011, ahora la palabra para hacer realidad estos y otros proyectos detonadores la tienen el nuevo Gobernador y su equipo.
Alejandro Romero.
Economista y Jefe de Redacción de Informativo Entre Todos, con más de 12 años de experiencia en periodismo financiero y de negocios.
Comentarios: elbbone@hotmail.com y alejandroromero@entretodos.com.mx.
Blogspot: http://alexromeroayala.blogspot.com/
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