Alejandro Romero
Una y otra vez desde finales de 2008, se advirtió que la crisis de Estados Unidos podría ser la más severa desde la Gran Depresión de 1929 y que irremediablemente a México le pegaría “con todo”.
La advertencia fue clara y a tiempo: Si no nos preparamos y armamos un plan anticrisis a la altura de la recesión que enfrentaremos, correremos serios riesgos, incluso el de caer en una depresión económica, que será profunda y dolorosa.
Lamentablemente para muchos fuimos “catastrofistas” y hoy podemos decir que la advertencia que lanzamos varios analista económicos cayó en los oídos sordos de toda la clase política mexicana… de todos los partidos políticos.
Al menos desde este espacio se propuso lo siguiente:
-Congelar los aumentos a todas las tarifas de servicios de públicos de todos los niveles de Gobierno, incluyendo agua, luz, prediales, transporte urbano, etc.
-Elevar a niveles jamás vistos el gasto en infraestructura.
-Ejercer el gasto lo más rápido posible.
-Extender a 12 meses la cobertura médica de los trabajadores que perdieran el empleo por motivo de la crisis.
-Reactivar el crédito a como diera lugar.
-Instrumentar un plan de apoyo a la economía de las familias y los desempleados.
Iba a escribir una larga reseña de cuáles de estas propuestas se han cumplido y cuáles no, y cuáles sí se han logrado pero de manera parcial, pero creo que usted, mi estimado lector, ya lo sabe, porque todas lo afectan a usted como consumidor, como empresario o como jefe de familia y finalmente sabe si se han hecho realidad o no y si han funcionado.
La verdad es que no se hizo lo suficiente para afrontar la crisis y no se estuvo a la altura de la circunstancia.
Por eso la semana pasada la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronosticó que nuestra economía caerá este 2009 un 8%, su peor desempeño desde 1932, cuando la economía nacional se desplomó un 15% a causa de la Gran Depresión en Estados Unidos.
Y cierto, buena parte de la culpa la tiene el Gobierno federal, pero eso no libera de su responsabilidad también al PRI y al PRD.
¿A caso el Presidente se manda solo? ¿A caso el Congreso de la Unión no puede actuar en materia de presupuestos y haberle exigido al Gobierno un plan anticrisis a la altura?
¿A caso se aprobaron medidas de emergencia económica donde se elevara a niveles históricos y significativamente la inversión en infraestructura o donde se congelaran tarifas públicas?
Aunque la principal responsabilidad de la conducción de la economía recae en el Gobierno federal, hoy el poder está repartido y desde el Congreso de la Unión hasta los Gobierno de los estados, pudieron haber hecho y exigido mucho más al Gobierno federal.
En Estados Unidos, en cambio las advertencias si fueron escuchadas y Obama con el apoyo y la aprobación de su congreso lanzó un plan anticrisis sin precedentes, y se elevó el circulante y el gasto gubernamental a niveles históricos y el crédito poco a poco comienza a dar señales de vida.
Por eso la perspectiva es que la economía estadounidense caiga este año sólo entre un 2 y un 3%, en cambio nosotros entre un 8 y hasta un 10%.
No actuamos a tiempo, no escuchamos las advertencias, y ahora pagaremos las consecuencias de no contar con una clase política a la altura de las circunstancias.
A nivel estatal… ¡No por favor!
Lo único que queda, es rogar que el próximo Gobierno del Estado sí escuche ahora nuestras advertencias.
El próximo mandatario estatal enfrentará el arranque más difícil de los últimos 80 años.
Y si no actúa desde el primer minuto de Gobierno y hace cosas históricas desde su primer año de gestión, el Estado correrá un grave riesgo de sufrir un estancamiento sexenal.
Desde que inició la campaña hemos advertido una y otra vez que:
-Generar cada empleo costará sangre, sudor y lágrimas.
-No habrá recursos adicionales para afrontar la crisis el próximo año, habrá que reestructurar el gasto para sacar adelante proyectos de inversión, claves para el Estado.
-La inversión en infraestructura deberá subir a niveles récord, o el estado corre el riesgo de ver estancada su economía por varios años.
-Es fundamentar reactivar el crédito y apoyar como nunca a micros y pequeñas empresas locales, de lo contrario tampoco se reactivará la economía estatal, ni se generarán los empleos suficientes que demandan los sonorenses.
-Urge fomentar el buen clima laboral o las pocas inversiones que podrían llegar al Estado terminarán por ahuyentarse.
-Es fundamental apoyar la economía de las familias y los desempleados con un seguro de desempleo que les permita subsistir y que se convierta en un mecanismo que mantenga viva la economía y el consumo local a pesar de que haya despidos.
-Es prioritario brindar cobertura médica universal a los sonorenses, tengan o no empleo, o la crisis económica que vivimos se puede convertir en una desastrosa y más costosa crisis de salud.
Ojalá y estos no sean más gritos en el desierto y realmente sean escuchados. Como la piel anda muy sensible en estos días, aclaro, en esta columna no se busca culpar a ningún partido político en específico de la crisis ni va dirigida en contra o a favor de algún candidato.
Es sólo una advertencia de lo que viene y de lo que nos ha costado que la clase política de todos los partidos no haya escuchado a tiempo las advertencias y que en vez de trabajar juntos para rescatar a la economía a tiempo, hayan perdido su tiempo en sus politiquerías baratas.
Yo, a pesar de todo, tengo confianza en que si el próximo Gobernador del Estado, sea del partido que sea, está conciente de estos problemas, se rodea de colaboradores inteligentes y desde el primer minuto actúa para afrontar los problemas que vienen, la suerte de su sexenio y nuestra suerte puede ser distinta y no estaremos condenados a la recesión y al estancamiento.
Eso sí, sí fallan y no sortean el “mal tiempo” que se viene, entonces que luego no digan que aquí no se los dijimos.
Alejandro Romero.
Economista y Jefe de Redacción del Informativo Entre Todos, con más de 10 años de experiencia en el periodismo económico y financiero.
Comentarios: elbbone@hotmail.com y alejandroromero@entretodos.com.mx.
Una y otra vez desde finales de 2008, se advirtió que la crisis de Estados Unidos podría ser la más severa desde la Gran Depresión de 1929 y que irremediablemente a México le pegaría “con todo”.
La advertencia fue clara y a tiempo: Si no nos preparamos y armamos un plan anticrisis a la altura de la recesión que enfrentaremos, correremos serios riesgos, incluso el de caer en una depresión económica, que será profunda y dolorosa.
Lamentablemente para muchos fuimos “catastrofistas” y hoy podemos decir que la advertencia que lanzamos varios analista económicos cayó en los oídos sordos de toda la clase política mexicana… de todos los partidos políticos.
Al menos desde este espacio se propuso lo siguiente:
-Congelar los aumentos a todas las tarifas de servicios de públicos de todos los niveles de Gobierno, incluyendo agua, luz, prediales, transporte urbano, etc.
-Elevar a niveles jamás vistos el gasto en infraestructura.
-Ejercer el gasto lo más rápido posible.
-Extender a 12 meses la cobertura médica de los trabajadores que perdieran el empleo por motivo de la crisis.
-Reactivar el crédito a como diera lugar.
-Instrumentar un plan de apoyo a la economía de las familias y los desempleados.
Iba a escribir una larga reseña de cuáles de estas propuestas se han cumplido y cuáles no, y cuáles sí se han logrado pero de manera parcial, pero creo que usted, mi estimado lector, ya lo sabe, porque todas lo afectan a usted como consumidor, como empresario o como jefe de familia y finalmente sabe si se han hecho realidad o no y si han funcionado.
La verdad es que no se hizo lo suficiente para afrontar la crisis y no se estuvo a la altura de la circunstancia.
Por eso la semana pasada la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronosticó que nuestra economía caerá este 2009 un 8%, su peor desempeño desde 1932, cuando la economía nacional se desplomó un 15% a causa de la Gran Depresión en Estados Unidos.
Y cierto, buena parte de la culpa la tiene el Gobierno federal, pero eso no libera de su responsabilidad también al PRI y al PRD.
¿A caso el Presidente se manda solo? ¿A caso el Congreso de la Unión no puede actuar en materia de presupuestos y haberle exigido al Gobierno un plan anticrisis a la altura?
¿A caso se aprobaron medidas de emergencia económica donde se elevara a niveles históricos y significativamente la inversión en infraestructura o donde se congelaran tarifas públicas?
Aunque la principal responsabilidad de la conducción de la economía recae en el Gobierno federal, hoy el poder está repartido y desde el Congreso de la Unión hasta los Gobierno de los estados, pudieron haber hecho y exigido mucho más al Gobierno federal.
En Estados Unidos, en cambio las advertencias si fueron escuchadas y Obama con el apoyo y la aprobación de su congreso lanzó un plan anticrisis sin precedentes, y se elevó el circulante y el gasto gubernamental a niveles históricos y el crédito poco a poco comienza a dar señales de vida.
Por eso la perspectiva es que la economía estadounidense caiga este año sólo entre un 2 y un 3%, en cambio nosotros entre un 8 y hasta un 10%.
No actuamos a tiempo, no escuchamos las advertencias, y ahora pagaremos las consecuencias de no contar con una clase política a la altura de las circunstancias.
A nivel estatal… ¡No por favor!
Lo único que queda, es rogar que el próximo Gobierno del Estado sí escuche ahora nuestras advertencias.
El próximo mandatario estatal enfrentará el arranque más difícil de los últimos 80 años.
Y si no actúa desde el primer minuto de Gobierno y hace cosas históricas desde su primer año de gestión, el Estado correrá un grave riesgo de sufrir un estancamiento sexenal.
Desde que inició la campaña hemos advertido una y otra vez que:
-Generar cada empleo costará sangre, sudor y lágrimas.
-No habrá recursos adicionales para afrontar la crisis el próximo año, habrá que reestructurar el gasto para sacar adelante proyectos de inversión, claves para el Estado.
-La inversión en infraestructura deberá subir a niveles récord, o el estado corre el riesgo de ver estancada su economía por varios años.
-Es fundamentar reactivar el crédito y apoyar como nunca a micros y pequeñas empresas locales, de lo contrario tampoco se reactivará la economía estatal, ni se generarán los empleos suficientes que demandan los sonorenses.
-Urge fomentar el buen clima laboral o las pocas inversiones que podrían llegar al Estado terminarán por ahuyentarse.
-Es fundamental apoyar la economía de las familias y los desempleados con un seguro de desempleo que les permita subsistir y que se convierta en un mecanismo que mantenga viva la economía y el consumo local a pesar de que haya despidos.
-Es prioritario brindar cobertura médica universal a los sonorenses, tengan o no empleo, o la crisis económica que vivimos se puede convertir en una desastrosa y más costosa crisis de salud.
Ojalá y estos no sean más gritos en el desierto y realmente sean escuchados. Como la piel anda muy sensible en estos días, aclaro, en esta columna no se busca culpar a ningún partido político en específico de la crisis ni va dirigida en contra o a favor de algún candidato.
Es sólo una advertencia de lo que viene y de lo que nos ha costado que la clase política de todos los partidos no haya escuchado a tiempo las advertencias y que en vez de trabajar juntos para rescatar a la economía a tiempo, hayan perdido su tiempo en sus politiquerías baratas.
Yo, a pesar de todo, tengo confianza en que si el próximo Gobernador del Estado, sea del partido que sea, está conciente de estos problemas, se rodea de colaboradores inteligentes y desde el primer minuto actúa para afrontar los problemas que vienen, la suerte de su sexenio y nuestra suerte puede ser distinta y no estaremos condenados a la recesión y al estancamiento.
Eso sí, sí fallan y no sortean el “mal tiempo” que se viene, entonces que luego no digan que aquí no se los dijimos.
Alejandro Romero.
Economista y Jefe de Redacción del Informativo Entre Todos, con más de 10 años de experiencia en el periodismo económico y financiero.
Comentarios: elbbone@hotmail.com y alejandroromero@entretodos.com.mx.
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