Alejandro
Romero
Los pronósticos
de crecimiento económico para México en 2014, igual que como sucedió en este
2013, comienzan a irse en caída libre, de acuerdo con analistas privados
consultados por el Banco de México.
Según estos
expertos consultados mensualmente, de enero a julio de este año su pronóstico
de crecimiento para la economía nacional en 2014 rondó un promedio del 4%.
Luego, en agosto
disminuyeron su expectativa a 3.74%, para septiembre la rebajaron a 3.59% y
ahora en octubre nuevamente la recortaron a 3.41%.
En otras
palabras, los economistas independientes ven desde agosto con mayor pesimismo
el futuro de la economía mexicana.
Esta misma “película”
ya la vivimos en 2013, cuando en enero pasado los expertos esperaban un
crecimiento de 3.6% para este año, pero hoy estiman que cerraremos con una
mínima expansión de sólo 1.2%
Vale la pena
aclarar que seguramente muchas de las proyecciones para 2014 aún no tomaban en
cuenta la afectación que tendría la reforma fiscal, recientemente aprobada por
diputados y senadores del PRI, Partido Verde y parte del PRD.
Por lo mismo, es
de suponerse que los pronósticos continuarán a la baja durante los próximos
meses, y si eso se combina con una economía estadounidense débil el próximo año,
entonces sí que Dios nos agarre confesados.
Es importante
recordar que a partir del próximo año se eleva el IVA en la frontera de 11 a
16%, lo que en Sonora afectará a una cuarta parte de la población.
También habrá aumentos
mensuales a las gasolinas; se aplicarán impuestos sobre prestaciones laborales
como el aguinaldo, vales de despensa, bonos de productividad; se cobrarán
regalías sobre las utilidades mineras; se aplicarán impuestos especiales a
refrescos y alimentos de alta densidad calórica; y desaparecerá el Régimen de
Pequeños Contribuyentes (Repecos).
Reforma recesiva
Todos estos
nuevos impuestos y ajustes a los ya existentes, tendrán un efecto recesivo en
la economía mexicana, en especial para los estados fronterizos, que son
precisamente los que más dinamismo le dan al País.
Por eso, no se
sorprenda si en los próximos meses los pronósticos de crecimiento para México
se siguen ajustando a la baja.
Pero ¿Por qué
Enrique Peña Nieto, su gabinete y sus legisladores aprobaron esta reforma
fiscal que a nadie termina de convencer y en medio de un entorno económico tan
complicado?
La realidad es
que la propuesta original de reforma fiscal era otra. Era una que consideraba
una tasa generalizada de IVA, incluyendo alimentos y medicinas, pero se tuvo
“miedo” a fortalecer a Andrés Manuel López Obrador y sus protestas callejeras,
por lo que se optó por adoptar un “plan B”.
Así es como
llegamos a este “Frankenstein” fiscal, hecho sobre las piernas, que busca dotar
de más recursos al Gobierno federal, pero a costa de sacar el dinero de los
bolsillos de los ciudadanos y de las empresas, y en perjuicio del consumo, la
competitividad, la inversión y la generación de empleos.
Pero todo se
paga con el tiempo, y la realidad es que el próximo año ya se habrá consumido
una tercera parte del sexenio peñanietista y el crecimiento entre 2013 y 2014 a
duras penas promediará una tasa del 2% anual (en el mejor de los escenarios).
Sin duda, una
economía mexicana “estancada” será un factor que tendrá un gran peso en la
decisión de los electores rumbo a las elecciones de 2015.
Alejandro
Romero.
Economista
y analista financiero con más de 16 años de experiencia en el periodismo
económico y de negocios.
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