Alejandro Romero
Lo que nunca nos volvería a pasar, lo que incluso parecía imposible, sucederá de nuevo este 2009: Experimentaremos la peor crisis de nuestra historia moderna, y será incluso peor que la de 1995.
Los grupos financieros más importantes del País acaban de dar a conocer sus más recientes pronósticos para la economía mexicana en este año y en definitiva no hay buenas noticias.
Tal como lo preveíamos hace un mes, continuaron a la baja las proyecciones del Producto Interno Bruto (PIB) del País.
Hace un mes, antes de la alerta sanitaria por la influenza, la expectativa era que la economía nacional se contrajera en un 4% en promedio.
Hoy Santander, Banamex y Scotiabank ajustaron sus proyecciones y ahora prevén en promedio que la producción del País caiga este año un 6.3%, cifra ya por encima del desplome de 6.2% de la crisis de 1995, aunque usted no lo crea.
Este deterioro en las expectativas se debe sin duda al golpe que significó para la actividad económica del País la alerta sanitaria generada por la influenza, pero también por el impacto que ha generado y generará en la industria automotriz nacional las quiebras de Chrysler y General Motor.
Varias plantas que producen autos para Chrysler y GM en México se encuentran paradas en este momento, lo que a su vez tiene detenidos, y en una delicada situación, a cientos de proveedores.
Por fortuna para Sonora, Ford pasa por una situación muy diferente, y el Fusion que se ensambla en la planta de Hermosillo está creciendo en sus ventas, de lo contrario, nuestra suerte sería muy distinta en este momento.
Negro panorama
En las últimas semanas ha estado en el debate ¿cuál crisis será peor, si la de 1995 o la actual? Por lo pronósticos que circulan hoy, podemos pensar que muy probablemente este año viviremos la que más impactará al PIB nacional.
Pero eso no es lo peor, ni lo más peligroso. Déjeme explicarle por qué.
Lo peor es que a diferencia de la crisis de 1995, las puertas que nos permitieron salir de la crisis en aquella ocasión, hoy están cerradas.
Entre 1995 y 1996, las exportaciones mexicanas crecieron en más de un 50%. La economía estadounidense estaba en los inicios del “boom” económico de Clinton, el más importante que había experimentado ese país desde los años sesenta.
El precio del petróleo se mantenía estable e incluso a la alza, aunque más adelante, comenzaría a darnos dolores de cabeza.
La Inversión Extranjera Directa aunque se contrajo en 1995 y 1996, para 1997 dio un despegue sin precedentes, al grado de multiplicarse por tres para el año 2000 y 2001.
Hace 14 años estábamos mejor posicionados en los rankings mundiales de competitividad, eran los inicios del TLC y China no ingresaba aún a la Organización Mundial de Comercio, en pocas palabras los productos mexicanos parecían tener las puertas abiertas del mundo, y más con un peso subvaluado.
El “boom” maquilador permitió que miles de personas encontraran trabajo en el sector industrial y ayudó bastante a aminorar los problemas de desempleo en México, en especial en el Norte.
Con todo esto, México logró recuperar lo perdido en la crisis de 1995 hasta el año de 1997.
Distinta realidad
Hoy la realidad es horrorosamente distinta. Nuestro País es mucho menos competitivo frente a productos de otros países, la caída de los precios del petróleo provocarán que el Gobierno contraiga su gasto en 2010, además China y otros países le quitan despiadadamente oportunidades a nuestros productos y nos arrebatan inversiones extranjeras.
Lo peor de todo es que la crisis se originó en Estados Unidos, nuestro mayor socio comercial, por lo que este año se prevé que nuestras exportaciones caigan un 11%. En resumen, ahora la inversión extranjera y las exportaciones no nos salvarán el pellejo y para colmo de males el próximo año el Gobierno no podrá sostener un gasto que ayude a levantar la economía.
Entonces la pregunta de los 64 mil es: Si en la crisis de 1995 tardamos más de dos años en recuperarnos ayudados por las exportaciones y la inversión extranjera, hoy sin opciones ni motores de crecimiento que nos ayuden a tomar vuelo ¿cuánto tardaremos en salir del hoyo?
El Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, estima que después de la recesión de este 2009, Estados Unidos experimentará al menos tres o cinco años de estancamiento o muy lento crecimiento.
Basados en es previsión, y considerando que México ya no es un país competitivo, nosotros tardaremos más en recuperarnos y no me queda duda que en nuestro caso cuando menos viviremos entre cuatro o hasta siete años de estancamiento y muy lento crecimiento en el peor de los escenarios, es decir, de 2010 a 2014 o 2017, tendremos tasas de crecimiento que apenas rondarán entre un 0% y un 2.5%.
Si consideramos que la población en México crece a una tasa anual de al menos 1.2%, tenemos que durante los próximos cuatro o siete años, la riqueza por cada mexicano prácticamente no crecerá nada.
Eso es precisamente lo más peligroso, corremos el riesgo de que la década de 2010 a 2019 sea un década perdida, similar o peor a la de los ochentas, donde el crecimiento promedio anual fue de apenas un 1.6%.
Por cierto, de cumplirse los pronósticos de que la economía se contraerá este 2009 un 6.3%, habremos perdido prácticamente todo lo ganado del 2000 al 2008, por lo que la década de inicios del 2000 será también una década perdida, ya que el crecimiento promedio anual del País quedaría en sólo un 1.9%.
Sumar dos décadas perdidas consecutivas será fatal para México, la pobreza, el desempleo y la inseguridad podrían elevarse a niveles jamás vistos. Los riesgos son muchos.
Prepárese, porque los tiempos difíciles llegaron para quedarse cuando menos por varios años más.
Alejandro Romero.
Economista y Jefe de Redacción de Informativo Entre Todos, con más de 10 años de experiencia en periodismo financiero y de negocios.
Comentarios: elbbone@hotmail.com y alejandroromero@entretodos.com.mx.
PRÓXIMA COLUMNA: SONORA DEL 2009 AL 2015... ESPÉRELA.
Lo que nunca nos volvería a pasar, lo que incluso parecía imposible, sucederá de nuevo este 2009: Experimentaremos la peor crisis de nuestra historia moderna, y será incluso peor que la de 1995.
Los grupos financieros más importantes del País acaban de dar a conocer sus más recientes pronósticos para la economía mexicana en este año y en definitiva no hay buenas noticias.
Tal como lo preveíamos hace un mes, continuaron a la baja las proyecciones del Producto Interno Bruto (PIB) del País.
Hace un mes, antes de la alerta sanitaria por la influenza, la expectativa era que la economía nacional se contrajera en un 4% en promedio.
Hoy Santander, Banamex y Scotiabank ajustaron sus proyecciones y ahora prevén en promedio que la producción del País caiga este año un 6.3%, cifra ya por encima del desplome de 6.2% de la crisis de 1995, aunque usted no lo crea.
Este deterioro en las expectativas se debe sin duda al golpe que significó para la actividad económica del País la alerta sanitaria generada por la influenza, pero también por el impacto que ha generado y generará en la industria automotriz nacional las quiebras de Chrysler y General Motor.
Varias plantas que producen autos para Chrysler y GM en México se encuentran paradas en este momento, lo que a su vez tiene detenidos, y en una delicada situación, a cientos de proveedores.
Por fortuna para Sonora, Ford pasa por una situación muy diferente, y el Fusion que se ensambla en la planta de Hermosillo está creciendo en sus ventas, de lo contrario, nuestra suerte sería muy distinta en este momento.
Negro panorama
En las últimas semanas ha estado en el debate ¿cuál crisis será peor, si la de 1995 o la actual? Por lo pronósticos que circulan hoy, podemos pensar que muy probablemente este año viviremos la que más impactará al PIB nacional.
Pero eso no es lo peor, ni lo más peligroso. Déjeme explicarle por qué.
Lo peor es que a diferencia de la crisis de 1995, las puertas que nos permitieron salir de la crisis en aquella ocasión, hoy están cerradas.
Entre 1995 y 1996, las exportaciones mexicanas crecieron en más de un 50%. La economía estadounidense estaba en los inicios del “boom” económico de Clinton, el más importante que había experimentado ese país desde los años sesenta.
El precio del petróleo se mantenía estable e incluso a la alza, aunque más adelante, comenzaría a darnos dolores de cabeza.
La Inversión Extranjera Directa aunque se contrajo en 1995 y 1996, para 1997 dio un despegue sin precedentes, al grado de multiplicarse por tres para el año 2000 y 2001.
Hace 14 años estábamos mejor posicionados en los rankings mundiales de competitividad, eran los inicios del TLC y China no ingresaba aún a la Organización Mundial de Comercio, en pocas palabras los productos mexicanos parecían tener las puertas abiertas del mundo, y más con un peso subvaluado.
El “boom” maquilador permitió que miles de personas encontraran trabajo en el sector industrial y ayudó bastante a aminorar los problemas de desempleo en México, en especial en el Norte.
Con todo esto, México logró recuperar lo perdido en la crisis de 1995 hasta el año de 1997.
Distinta realidad
Hoy la realidad es horrorosamente distinta. Nuestro País es mucho menos competitivo frente a productos de otros países, la caída de los precios del petróleo provocarán que el Gobierno contraiga su gasto en 2010, además China y otros países le quitan despiadadamente oportunidades a nuestros productos y nos arrebatan inversiones extranjeras.
Lo peor de todo es que la crisis se originó en Estados Unidos, nuestro mayor socio comercial, por lo que este año se prevé que nuestras exportaciones caigan un 11%. En resumen, ahora la inversión extranjera y las exportaciones no nos salvarán el pellejo y para colmo de males el próximo año el Gobierno no podrá sostener un gasto que ayude a levantar la economía.
Entonces la pregunta de los 64 mil es: Si en la crisis de 1995 tardamos más de dos años en recuperarnos ayudados por las exportaciones y la inversión extranjera, hoy sin opciones ni motores de crecimiento que nos ayuden a tomar vuelo ¿cuánto tardaremos en salir del hoyo?
El Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, estima que después de la recesión de este 2009, Estados Unidos experimentará al menos tres o cinco años de estancamiento o muy lento crecimiento.
Basados en es previsión, y considerando que México ya no es un país competitivo, nosotros tardaremos más en recuperarnos y no me queda duda que en nuestro caso cuando menos viviremos entre cuatro o hasta siete años de estancamiento y muy lento crecimiento en el peor de los escenarios, es decir, de 2010 a 2014 o 2017, tendremos tasas de crecimiento que apenas rondarán entre un 0% y un 2.5%.
Si consideramos que la población en México crece a una tasa anual de al menos 1.2%, tenemos que durante los próximos cuatro o siete años, la riqueza por cada mexicano prácticamente no crecerá nada.
Eso es precisamente lo más peligroso, corremos el riesgo de que la década de 2010 a 2019 sea un década perdida, similar o peor a la de los ochentas, donde el crecimiento promedio anual fue de apenas un 1.6%.
Por cierto, de cumplirse los pronósticos de que la economía se contraerá este 2009 un 6.3%, habremos perdido prácticamente todo lo ganado del 2000 al 2008, por lo que la década de inicios del 2000 será también una década perdida, ya que el crecimiento promedio anual del País quedaría en sólo un 1.9%.
Sumar dos décadas perdidas consecutivas será fatal para México, la pobreza, el desempleo y la inseguridad podrían elevarse a niveles jamás vistos. Los riesgos son muchos.
Prepárese, porque los tiempos difíciles llegaron para quedarse cuando menos por varios años más.
Alejandro Romero.
Economista y Jefe de Redacción de Informativo Entre Todos, con más de 10 años de experiencia en periodismo financiero y de negocios.
Comentarios: elbbone@hotmail.com y alejandroromero@entretodos.com.mx.
PRÓXIMA COLUMNA: SONORA DEL 2009 AL 2015... ESPÉRELA.
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