Alejandro Romero
En 2013
y 2014 los mexicanos vimos una “misma película”: mes tras mes los analistas del
sector privado recortaron sus pronósticos de crecimiento para la economía
mexicana. Lo peor es que existen indicios de que 2015 también será igual.
En
la última encuesta que realizó el Banco de México con expertos del sector
privado, el pronóstico de crecimiento para la economía nacional en este 2014 se
redujo de 2.30% a 2.19%. En enero era de 3.40%.
Pero
lo que enciende focos de alarma, es que los mismos expertos ya comenzaron desde
octubre a recortar sus pronósticos de crecimiento para 2015.
Apenas
en enero de este año preveían que en 2015 la economía mexicana crecería un
3.94%, para octubre redujeron sus proyecciones a 3.72% y ahora en noviembre volvieron
a disminuirlas a 3.51%.
Entonces
de plano ¿Veremos la misma película en 2015? Algunos signos de alerta parecen
decirnos que sí.
Uno
de estos signos es la caída que presentan los precios internacionales del
petróleo. En lo que va de 2014 la mezcla mexicana de petróleo ha bajado su
cotización en casi 40% y tan solo en noviembre se desplomó en casi 10%.
Para
que se dé una idea de lo bajo que está hoy el precio del petróleo, en el
presupuesto federal de 2015 se proyecta su cotización en 79 dólares por barril,
pero actualmente la mezcla mexicana ronda los 62 dólares por barril.
Amenaza a la reforma
energética
Si
bien es cierto que el presupuesto del Gobierno federal está a salvo, gracias a
la compra de coberturas que garantizan los ingresos presupuestados por la venta
de petróleo, la realidad es que un precio tan bajo del hidrocarburo reducirá
las exportaciones petroleras del País y podría poner en riesgo los beneficios
esperados con la reforma energética.
Con
un precio del petróleo a la baja, muchos proyectos que se esperaba detonar con
la reforma energética podrían ver disminuida su rentabilidad, y por lo tanto las
inversiones previstas podrían posponerse hasta que los petroprecios muestren
mejores niveles.
Por
lo tanto, la reforma más importante del sexenio de Enrique Peña Nieto, con la
que se esperaba detonar el crecimiento del País, corre el riesgo de verse
truncada por las condiciones del mercado petrolero en 2015.
Si a
esto le sumamos la inestabilidad que ha mostrado el peso en el último mes, lo
que genera inflación en los precios varios alimentos, ello golpearía el consumo
interno y el poder de compra de los mexicanos, lo que también debilitaría a su
vez el crecimiento del País para 2015.
Finalmente,
si los acontecimientos sociales y protestas de los últimos meses siguen
generando incertidumbre, especialmente en entidades del Sur del País y rumbo a
las elecciones intermedias de 2015, esto podría impactar negativamente las
expectativas de inversionistas extranjeros y empresarios nacionales.
Esto
tendría un efecto negativo en la llegada de inversiones al país, en la
generación de empleos y por lo tanto en el crecimiento económico para 2015.
Por todo
esto mí estimado lector, el próximo año también podría ser complicado y la economía
nacional estaría en riesgo de permanecer “semiestancada” como ha sucedido en
2013 y 2014.
Desgraciadamente
el hecho de que la economía americana se encuentre en crecimiento, ya no parece
ser un factor que salve a México de la mediocridad económica en la que se
encuentra.
O ¿Usted
qué opina?
Luis Alejandro Romero Ayala.
Economista y analista financiero, con más de 17 años
de experiencia en el periodismo económico y de negocios.
Comentarios: elbbone@hotmail.com
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en Twitter: @AlexRomeroAyala
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