Alejandro
Romero
La
debilidad que ha mostrado el peso frente al dólar en los últimos días, quizás
no es para alarmarse, pero sí para preocuparse.
No
por nada, esta semana el tipo de cambio llegó a situarse hasta en los 13.90
pesos por dólar, su nivel más alto en 27 meses y en lo que va de la
administración del presidente Enrique Peña Nieto.
Pero
¿por qué está débil el peso? Por una razón: Comienza a darse una crisis de
confianza en el futuro de la economía mexicana.
Déjeme
le explico, desde mi punto de vista, qué factores internos y externos están
alimentando esta crisis de confianza.
Desde
el punto de vista externo, primeramente mencionaría la caída que muestran desde
hace meses los precios del petróleo.
El
petróleo es uno de nuestros principales productos de exportación que nos permite
captar dólares del exterior, pero además los ingresos petroleros representan al
menos una tercera parte de las entradas del Gobierno mexicano.
Por
lo tanto, si caen los precios del petróleo, eso limita la llegada de dólares al
país, y puede generar una potencial crisis presupuestaria en el Gobierno
federal.
Desde
julio a la fecha, los precios internacionales del petróleo se han desplomado en
un 38%.
Otro
factor externo que está presionando al peso y diezma la confianza en el futuro
de la economía nacional, es el posible aumento que experimenten las tasas de
interés en Estados Unidos durante los próximos meses.
En
el tercer trimestre del año la economía americana creció un 3.5%, lo que indica
que se encuentra bastante sana y fuerte.
Desde
la crisis de 2009, la Reserva Federal de Estados Unidos (el equivalente del
Banco de México) había mantenido una política de tasas bajas, a fin de
favorecer el crecimiento económico en ese país.
Esas
tasas bajas propiciaron que muchos capitales migraran a países México, donde
había un mejor rendimiento para los inversionistas.
Pero
ahora, ante la posibilidad de que suban las tasas en Estados Unidos, muchos de
esos capitales podrían regresar a ese país, al que consideran un destino seguro
para sus inversiones. Esto propiciaría la salida de dólares en México y teóricamente
debilitaría al peso.
Los factores internos
Además
de esos factores externos, creo que también podemos mencionar problemas
internos que comienzan a menguar la confianza en el futuro del País y por lo
tanto pegan a la fortaleza del peso mexicano.
Por
una parte la economía nacional suma casi 2 años de estancamiento.
Con
todo y que el Gobierno federal inició 2013 y 2014 pronosticando que creceríamos
a tasas cercanas al 4%, la realidad es que en ambos años apenas promediamos una
tasa de expansión del 1.4%.
Lo
peor es que el Gobierno federal se ha endeudado en más de 1.3 billones de pesos,
con el fin de gastar más y estimular el crecimiento, pero la “medicina” no ha
surtido efecto y más endeudamiento adquirido podría enviar una mala señal.
Finalmente
en las últimas semanas la violencia que vive el País y la desaparición de los 43
estudiantes de Ayotzinapa, ha comenzado a generar serias dudas sobre la
correcta conducción del País.
No
por nada, la Junta de Gobierno del Banco de México advirtió en su más reciente Anuncio
de Política Monetaria que los “acontecimientos sociales” (inseguridad y
descontento social) podrían tener un “impacto en las expectativas de los
agentes económicos”.
Esto
en otras palabras significa que inversionistas y empresarios podrían dejar de
invertir y esperar menos crecimiento, a causa de los problemas sociales que
aquejan al País.
Tampoco
por nada hace unos días The Economist y The New Yorker coincidieron en que “El
país puede írsele entre los dedos” a Enrique Peña Nieto, luego de los lamentables
acontecimientos de Guerrero. (http://www.sinembargo.mx/25-10-2014/1152262)
Y es
que normalistas desaparecidos y palacios de Gobierno incendiados por turbas, no
son compatibles con la imagen modernizadora y reformista que el propio Peña
Nieto ha tratado de proyectar a nivel nacional e internacional.
Mientras
son peras o son manzanas, tenga por seguro que el peso seguirá inestable al
menos de aquí a diciembre, y la mala racha puede extenderse en caso de que el
país siga estancado, los petroprecios se mantengan a la baja y el problema de
la violencia no brinde al menos una tregua.
Alejandro
Romero.
Economista
y analista financiero con más de 17 años de experiencia en el periodismo
económico y de negocios.
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en Twitter: @AlexRomeroAyala