Alejandro
Romero
Siempre
se dice que si a Estados Unidos le da resfriado, a México le da pulmonía, y a
su vez también se dice que en buenos tiempos ese país es la “locomotora” que
arrastra positivamente a nuestra País. Pero últimamente, las cosas no han sido
así.
Desde
inicios de 2013 las economías de México y Estados Unidos parecen ir en sentido
contrario, mientras allá el Producto Interno Bruto (PIB) crece y baja el
desempleo, acá el crecimiento es casi nulo y la desocupación va en aumento.
Déjeme
mostrarle los números que sustentan esta preocupante situación.
Del
primer trimestre de 2013 al primer trimestre de 2014, la economía americana
registró una tasa de crecimiento promedio del 2.1%.
Aunque
ese país creció sólo 0.1% en el primer trimestre de este año, esto se debió
exclusivamente a la fuerte temporada invernal que paralizó varios regiones
estadounidenses, pero en general la economía americana sigue sana y se
mantendrá en creciendo durante los próximos trimestres.
Adicionalmente,
la tasa de desempleo en Estados Unidos se ubicaba en 7.9% a diciembre de 2012,
pero para abril de 2014 ya ha bajado a sólo 6.3%.
En
contraste, en México de enero de 2013 a febrero de 2014, nuestra economía
apenas ha logrado una tasa de crecimiento promedio del 1.2%, es decir, la mitad
de la lograda por Estados Unidos en casi similar periodo.
Además
la tasa de desempleo en México que se encontraba en 5% a diciembre de 2012,
para marzo de este 2014 subió a 5.3%, es decir va a la alza, de acuerdo con
cifras desestacionalizadas de Inegi.
Como
podemos apreciar, Estados Unidos está viviendo un buen momento económico, que
México lleva varios trimestres en el estancamiento.
¿Pero
a qué se debe esto? ¿Por qué la desconexión entre ambas economías? ¿Qué es lo
peor que nos puede pasar si no seguimos el ritmo de crecimiento de Estados Unidos?
Vamos por partes.
Las causas
Para
economistas y analistas serios, no queda ninguna duda de que en 2013 la
economía mexicana vio afectado su crecimiento simplemente porque el Gobierno
federal pasó meses subejerciendo su presupuesto, es decir, no nomás no gastaba
lo que debía y eso tuvo serias repercusiones en la economía mexicana.
El
gasto del Gobierno y sobre todo la inversión en infraestructura tienen un
efecto multiplicador en beneficio de la economía de varios sectores. Pero en
2013, el Gobierno federal, encabezado por Enrique Peña Nieto, simplemente no
hizo su tarea.
Por
septiembre u octubre del año pasado, el Gobierno federal trató de enmendar el
error y soltó el gasto que había retenido en los meses anteriores, pero fue
demasiado tarde… el daño ya estaba hecho.
Luego,
el 1 de enero de 2014 entra en vigor un segundo golpe a la economía mexicana:
La reforma fiscal.
Subió
el IVA fronterizo, se redujeron las deducciones al pago de impuestos, nacieron impuestos
especiales a la minería, gasolinas, alimentos de alto contenido calórico y los
refrescos, desaparecieron los Repecos, en fin.
Todo
esto, tuvo un impacto negativo adicional en las empresas, quienes vieron venir
un aumento sustancial en su pago de impuestos, por lo que optaron por reducir
costos, especialmente en la nómina, aplazando contrataciones de nuevo personal.
Por
otra parte, los nuevos impuestos tuvieron un impacto inflacionario que lesionó
el poder de compra de las familias y a la fecha ha reducido en 1% las ventas
del comercio nacional, según cifras a febrero de Inegi.
Por
otra parte, el alza del IVA fronterizo tuvo un mayor impacto precisamente en
los estados del Norte, que son la región más dinámica del País y además son los
más interconectados con la economía americana.
Por
todo esto, la economía mexicana nomás no levanta, no muestra signos sólidos de
recuperación y por su fuera poco desaprovecha el buen momento económico que
vive Estados Unidos.
Lo
peor es que cuando el Gobierno federal desee enmendar el camino, podría ser
demasiado tarde.
La
economía se mueve por ciclos, y quizás en el futuro cuando nosotros intentemos
recuperarnos, Estados Unidos podría estar nuevamente en fase de desaceleración
o recesión.
Entonces
nos lamentaremos de no haber aprovechado este momento y estaremos condenados a
más años de estancamiento económico. Y el único culpable de esto será el
gobierno federal. Nadie más.
Alejandro
Romero.
Economista
y analista financiero con más de 16 años de experiencia en el periodismo
económico y de negocios.
Comentarios:
elbbone@hotmail.com
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en Twitter: @AlexRomeroAyala
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