Alejandro
Romero
El argumento que
justificaba los “gasolinazos” se acabó para los legisladores y el Gobierno
federal de Enrique Peña Nieto, ya que los precios de las gasolinas en México y
Estados Unidos prácticamente se igualaron durante este mes de octubre.
Aun así, sin
importar lo dañinos que son estos incrementos mensuales para la competitividad
de las empresas y para el poder de compra de las familias, se mantendrán firmes
para 2014.
Por lo tanto, incluso
el próximo año México podría tener gasolinas mucho más caras que en Estados
Unidos, lo que será un duro golpe para la competitividad del país.
En un principio
los “gasolinazos” los inició el Gobierno de Felipe Calderón, bajo el argumento
de que México importaba casi la mitad de sus gasolinas, las cuales eran mucho
más caras en el extranjero por el alza en los precios del petróleo.
De acuerdo con
información de Pemex y Energy Information Administration, en 2011 el precio por
litro de la gasolina magna en México era de 9.73 pesos, mientras que la regular
en Estados Unidos se ubicaba en 12.19 pesos por litro (al tipo de cambio de ese
periodo).
Por ese motivo,
el Gobierno de México gastaba en subsidios más de 200 mil millones de pesos al
año para comprar gasolina cara en el extranjero y venderla barata en México, lo
que en teoría sólo beneficiaba a las clases más pudientes que contaban con automóvil.
Desde entonces
se comenzó una política de deslizamiento mensual en el precio de las gasolinas,
con la intención de igualar los precios de los combustibles entre México y
Estados Unidos, y así eliminar el subsidio a las gasolinas.
Ese objetivo,
que desde mi particular punto de vista era válido en un contexto de altos precios
del petróleo, y ya se logró este 2013, por lo que nada justifica continuar con estas
alzas mensuales en 2014.
En este mes de
octubre el precio del litro de gasolina magna en México se sitúa en 11.91
pesos, mientras que en Estados Unidos la gasolina regular cuesta 12.01 pesos
por litro al tipo de cambio actual.
No obstante,
hace unos días, diputados del PRI, PRD y PANAL, autorizaron la Ley de Ingresos
del 2014, donde se contempla un aumento de 9 centavos mensuales al precio de la
gasolina magna y 11 centavos mensuales a la Premium y al Diesel durante todo 2014.
De esta manera,
en diciembre de 2014 el precio por litro de la gasolina magna llegará a los
13.21 pesos, mientas que la Premium se situará en 13.77 pesos y el diésel ascenderá
a los 13.57 pesos por litro.
En otras
palabras, nuestras gasolinas podrían llegar a estar hasta un peso más caras que
en Estados Unidos, considerando que entre 2011 y 2013, el precio de las
gasolinas americanas no ha superado los 12.19 pesos por litro.
Por desgracia,
todo indica que los senadores también están más que puestos para ratificar los “gasolinazos”
en 2014 y con ello apoyar la recaudación del Gobierno federal, pese a que
algunos prometieron en campaña dar fin a estos incrementos.
Lo ideal
La realidad es
que Pemex con todo y la reforma energética, sigue y seguirá siendo un monopolio
estatal, y por lo tanto puede fijar los precios que le dé la gana a las
gasolinas.
Lo ideal sería
una reforma energética que permitiera la inversión privada en refinerías para
que México no tuviera que importar combustibles.
También lo ideal
sería que se permitiera la competencia en la venta de combustibles, y que Pemex
perdiera el monopolio de la venta de gasolina al público.
De esta forma,
los precios de los combustibles se moverían de acuerdo a la oferta y la demanda,
como sucede en Estados Unidos, por lo que algunas veces la gasolina podría subir,
pero también en otros periodos podría bajar su costo.
Pero bueno, eso luce
como una posibilidad lejana y poco realista.
En todo caso lo
que los diputados y senadores deberían haber aprobar es que Pemex “anclara” el
precio de las gasolinas al costo que promedien en Estados Unidos, de manera que
no se subsidien los combustibles en México, pero que tampoco los consumidores paguen
gasolinas más caras que en otros países.
Urge elevar la
presión para que el Gobierno federal cambie su política de precios, de forma
que México no pierda más competitividad y se apoye el crecimiento de la clase
media, lo cual de por sí se verá afectado con el aumento del ISR y el alza al
IVA fronterizo.
Alejandro
Romero.
Economista
y analista financiero con más de 16 años de experiencia en el periodismo
económico y de negocios.
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